Un área natural protegida que abarca dos parques nacionales: las lagunas de Zempoala y el Tepozteco.
Al norte del estado de Morelos y colindante con la tercera aglomeración urbana más poblada del mundo, está el Corredor Biológico del Chichinautzin, un área natural protegida que abarca dos parques nacionales: las lagunas de Zempoala y el Tepozteco.
Estos dos parques nacionales están poblados por bosques de pino, oyamel y encino. Preservarlos es estratégico no sólo por la biodiversidad de las especies que ahí habitan -muchas de ellas endémicas-, sino por la gran permeabilidad de sus suelos, que en temporada de lluvias alimentan los mantos acuíferos de la región.
Los propios habitantes valoran su entorno y son conscientes de su rol en el equilibrio ambiental; esta es una de las razones de ser de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Uno de los más sobresalientes rescates de tierra y tradición ha sido la de Amatlán, poblado de unos mil habitantes, situado a 20 minutos al este de Tepoztlán, donde los comuneros se organizaron para crear el Centro Ecoturístico Temaztiani Quetzalcóatl. Con la reputación de ser un sitio de gran magnetismo, en los alrededores se han establecido hoteles de corte holístico que han sabido capitalizar el auro mágica atribuida al lugar.
Por otro lado, el proyecto ecoturístico de San Juan Atzingo ha avanzado: están reforestando, cuentan con senderos, paseos a caballo, palapas para picnic y juegos infantiles. Para México, cuarto lugar del mundo por su riqueza en fauna y flora, hogar del 10 porciento de la biodiversidad del planeta y una variedad de ecosistemas sólo comparable con China, esta es una opción viable que reconcilia a los dueños de la tierra con la riqueza que ofrece el medio ambiente… si es que se sabe conservar.