El nacimiento de los dos pandas en Washington aumenta la emoción en el Zoológico Nacional. Pero mantenerlos vivos será toda una hazaña.
Sucedió a las 10:07 pm, mientras Laurie Thompson, bióloga especializada en pandas gigantes, seguía trabajando en su oficina del Zoológico Nacional Smithsoniano. Su día fue estupendo: hacía menos de cinco horas, Mei Xiang, la panda de 17 años de la institución, había dado a luz lo que parecía una cría saludable, dando feliz término a una angustiosa espera que inició con la inseminación artificial en abril.
De pronto, Thompson escuchó un ruido en la ?cámara panda? de su computadora. ?Un sonido parecido al de antes, como un gruñido?, recuerda. ?Miré hacia la cámara y entonces, apareció un cachorro?.
Madre en dos ocasiones previas, ¡Mei Xiang tuvo mellizos esta vez! Y eso transforma un momento emocionante para el zoológico en ?un momento mucho más emocionante y también, en un periodo de alto riesgo?, anunció el director, Dennis Kelly, el domingo pasado por la mañana, cuando él y el resto del exhausto, pero feliz equipo de veterinarios enfrentaron a una multitud de reporteros cerca del hábitat de pandas.
El problema es que, aun cuando los partos gemelares parecen ser bastante comunes en la especie ?según informes de dos centros de reproducción chinos, ocurren en casi la mitad de las gestaciones-, no es fácil que la mamá panda críe a los mellizos exitosamente.
Los cachorros ?diminutos, indefensos y lampiños- dependen por completo de la madre para obtener calor y alimento. La primera cría nacida el 22 de agosto ?al menos, el bebé que los funcionarios del zoológico creen que nació primero, pues una vez que apareció el segundo fue difícil distinguirlos en la cámara panda- pesó apenas 86.3 gramos, en tanto que el otro alcanzó un peso de 138 gramos.
Por ahora, el sexo sigue siendo un misterio. ?Los revisamos minuciosamente y pese a ello, no estamos seguros?, dijo el veterinario en jefe, Don Neiffer.
Copper Aitken-Palmer, jefa de veterinarios en el Instituto Smithsoniano de Biología de la Conservación, dijo que los pandas salvajes ?parecen haber evolucionado para dedicar esfuerzos a un solo cachorro?. Si Mei Xiang estuviera en su hábitat natural, ?probablemente pondría empeño en la cría con mejores probabilidades: la más grande y fuerte. Al menos, eso esperamos?.
Sin embargo, Mei Xiang se encuentra en el Zoológico Nacional. Thompson informó que, después del parto de la segunda cría, funcionarios de la institución se percataron de que la madre tenía dificultades para recoger a los dos bebés, así que sus cuidadores aprovecharon la oportunidad para retirar uno ?el más pesado- y ponerlo en una incubadora.
Como no estaba recibiendo calostro ?la primera leche, rica en anticuerpos y crucial para pandas y humanos-, los veterinarios lo nutrieron con un suero que obtuvieron de Mei Xiang al momento de inseminarla, amamantándolo tres veces durante la noche. ?No dormimos gran cosa?, dijo Neiffer.
La intención es intercambiar a las crías cada pocas horas, entre la incubadora y Mei Xiang, de modo que ambos pasen suficiente tiempo con la madre para que esta los alimente. En caso necesario, complementarán la leche materna con una mezcla de fórmula láctea infantil, comida para cachorros y agua, procedimiento que, según funcionarios del zoológico, ha dado buenos resultados en China. Lo mismo se hizo con los mellizos nacidos en 2013, en el Zoológico de Atlanta, que siguen desarrollándose muy bien.
El éxito del procedimiento de intercambio en el Zoológico Nacional dependerá, en buena medida, de la cooperación de Mei Xiang. ?Es obvio que los cachorros son suyos y no estará dispuesta a que le quitemos uno?, advirtió Thompson.
?Esto es completamente nuevo para nosotros?, dijo Aitken-Palmer. ?Estamos muy emocionados. Y nerviosos?.