En 2012, la guepardo ya tenía 11 años y pese a ello, corrió los 100 metros planos en 5.95 segundos. La carrera que rompió el récord mundial fue grabada en video.
La guepardo Sarah, que rompió el récord mundial de 100 metros planos en una hazaña fotografiada por la revista National Geographic, fue sacrificada la semana pasada en el Zoológico de Cincinnati.
Con 15 años cumplidos, la calidad de vida de Sarah se estaba deteriorando. El promedio de vida de los guepardos es de ocho a doce años. (Lee: ¿Por qué hay menos guepardos?)
?Tuvo una vida plena y fue una embajadora fenomenal de su especie?, dijo Linda Castaneda, entrenadora principal del Programa Embajadores Felinos del zoológico.
?Fue un individuo muy dinámico, y tuvimos el enorme privilegio de conocerla y aprender de ella. Echaremos de menos a la princesa felina?.
Durante una sesión fotográfica en 2012, la guepardo, que entonces contaba 11 años, registró un tiempo por radar de hasta 98 kilómetros por hora. En la prueba de 100 metros planos, Sarah cronometró un tiempo de 5.95 segundos, haciendo que el récord de 9.58 del corredor olímpico Usain Bolt pareciera un plácido paseo por el parque.
Llevada a cabo en una pista del zoológico certificada por USA Track & Field, la carrera que rompió el récord mundial persiste como los 100 metros planos más rápidos jamás cronometrados por un animal terrestre.
?Parecía un misil moteado?, comentó en su momento Kim Hubbard, editora fotográfica de National Geographic. ?Jamás he visto un ser vivo corriendo así de rápido?.
Gracias a una columna vertebral flexible que les permite dar zancadas de 2.7 metros de largo, los guepardos poseen el cuerpo perfecto para la velocidad. Y sus garras duras, semejantes a crampones, les confieren tracción al correr.
Aunque los 5.95 segundos del récord mundial de Sara pueden parecer pasmosos en el contexto humano, es muy probable que los guepardos salvajes ?animales esbeltos, hambrientos, y obligados a perseguir antílopes para el sustento propio o el de sus crías- hayan corrido considerablemente más rápido.
Sin embargo, la velocidad no les ha servido para enfrentar las amenazas a su supervivencia en la naturaleza. Nativos de África e Irán, la población de estos grandes felinos ha menguado de unos 100,000 en 1900 a un aproximado de 9,000 a 12,000 individuos en la actualidad, debido sobre todo a la pérdida generalizada de presas y hábitat.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha declarado que toda la especie es vulnerable de extinción, clasificando en peligro crítico a las poblaciones más pequeñas de Irán y el noroeste de África.
Lee: El súper poder de la anguila eléctrica