Han muerto al menos dos leones que comieron un cadáver de vaca envenenado.
Primero, el león Cecil. Ahora, nuevas noticias de más leones famosos asesinados. En esta ocasión con veneno, en vez de armas.
Las víctimas pertenecían a la manada conocida como Marsh Pride, familia de leones que vive en la Reserva Nacional de Masai Mara, en el suroeste de Kenia. Eran las estrellas de ?Big Cat Diary?, exitosa serie de la cadena televisiva BBC, con muchos años de transmisión. Incluso tienen su propia página de Facebook, donde se confirmó el deceso y su causa: el sábado por la noche, los leones comieron un cadáver de vaca envenenado.
Se sabe que han muerto Bibi, una hembra de la manada, y al menos otro león. Según informes de la BBC, que tenía un equipo de filmación de fauna en la escena, Bibi fue hallada jadeando y echando baba espumosa por el hocico. Se sospecha que el veneno utilizado es el pesticida carbofurano y por ello, se están practicando necropsias a los dos cuerpos para confirmar este hecho, declaró Anne Kent Taylor, conservacionista de la reservación Masai Mara y becaria de la Iniciativa Grandes Felinos de National Geographic. Otro animal sigue desaparecido. Se desconoce el total de leones envenenados.
Tampoco está claro quién es el responsable de los ataques, aunque las autoridades han arrestado al menos a dos personas. Con anterioridad, los aldeanos masái han envenenado leones para evitar que maten su ganado.
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Parte de la popularidad de la manada Marsh era que los guías siempre sabían dónde encontrar a los felinos, escribió en su blog Jonathan Scott, zoólogo inglés y coautor de un libro sobre estos leones. Sin embargo, últimamente, han sido empujados a los límites de su territorio debido a que algunos pastores masái permiten que su ganado se interne en Masai Mara.
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Pese a que es una actividad ilegal, el pastoreo de ganado en la reservación ha crecido de manera exponencial. Un estudio publicado en 2009, en Journal of Zoology, descubrió que dicha práctica se ha incrementado en más de 1,100 por ciento desde 1997.
Lo que hay es un ciclo vicioso, acusó Taylor. Las tierras de pastoreo de los ganaderos masái se han reducido debido a la privatización y a los acuerdos con áreas de conservación de vida salvaje, las cuales tienen un sólido historial en conservación exitosa de fauna. A cambio de un estipendio considerable, los masáis acceden a vender o a reservar parte de sus tierras para actividades de conservación de fauna y turismo, donde se prohíbe el pastoreo. Luego, usan el dinero para comprar más ganado, pero tienen menos tierras para apacentar esas vacas. El sobrepastoreo resultante orilla a los masáis a buscar otros lugares donde alimentar a su ganado.
Durante el día, decenas de miles de reses sueltas apacientan cerca de la reservación. Al caer la noche, cuando los turistas regresan a sus campamentos, los masáis conducen a sus animales al interior de la reserva, donde hay mejores pastos. Y es justo a esa hora cuando salen a cazar los depredadores nocturnos, incluidos los leones.
?Podríamos decir que lo ocurrido con la manada Marsh Pride es una ?noticia escandalosa?, pero ya nada de lo que ocurre en Masai Mara es motivo de escándalo?, escribió Scott en su blog. Después que los rebaños de ganado pisotearon la hierba y los arbustos, dejando solo suciedad y estiércol, los leones han tenido que abandonar el pantano Musiara, el área donde habrían podido descansar y reproducirse.
Cada año, los pastores masái han matado ?con veneno o lanzas- algunos leones. ?Pero en los últimos años, la situación ha escalado fuera de toda lógica?, escribió Scott.
Los leones cazan ganado y por ello, los masáis se vengan de los leones.
Este reportaje fue producido por la Unidad de Investigaciones Especiales (SIU) de National Geographic, dedicada a los crímenes contra la fauna. El informe fue posible gracias a las becas otorgadas por la Fundación BAND y el Fondo Woodtiger.