Experto dice que los jóvenes arácnidos, detectados en Tennessee, quizás estaban soltando hilos de seda para volar a un nuevo territorio, pero el viento los ?aterrizó?.
¿Nublado, con probabilidades de arañas?
Según informes noticiosos locales, tal era el pronóstico de Memphis, Tennessee, donde millones de arañas remontaron el vuelo y terminaron cubriendo los campos con su seda.
En una zona, las arañas formaron un manto sedoso casi ininterrumpido que se extendía cerca de un kilómetro. Algunos residentes lamentaron la invasión arácnida: ?Están en el aire, flotando por todas partes?, dijo Debra Lewis, entrevistada por WMC Action News. ?Es como una película de terror?.
Pero la repentina aparición de las arañas no debe causar temor, señala Todd Blackledge, biólogo y experto en seda de araña de la Universidad de Akron, Ohio.
?Si se hubieran tomado la molestia de ponerse a gatas, habrían visto a las arañas ocupadas en vivir sus vidas?, dice. Blackledge no pudo identificar la especie de arácnido en las fotos disponibles, pero opina que puede tratarse de tejedoras de orbes o bien, de linífidos (tejedoras de mantos).
En primavera y otoño, millones de arañas jóvenes trepan a los puntos más elevados de sus hábitats ?por ejemplo, postes de cercas o plantas altas- y despiden hilos de seda que les permiten flotar en las corrientes de aire.
Esos hilos actúan ?como globos de aire caliente?, explica Blackledge. De allí deriva el nombre en inglés de esta conducta: ballooning (montar en globo). Esto significa que las arañas ?van adonde sea que el viento las lleve?, lo que permite que sus poblaciones se dispersen.
La gran mayoría de los arácnidos no consigue terminar el viaje, pues son devorados por depredadores o las condiciones climáticas extremas acaban con ellos. No obstante, solo se necesita que sobreviva una pequeña cantidad para establecer un nuevo hogar.
?Aterrizadas?
Las arañas necesitan la cooperación del viento para lograr su asombrosa migración, y eso es justo lo que hizo falta en Tennessee.
De hecho, Blackledge sospecha que el manto de las fotos de Memphis no es una telaraña, sino un amasijo de hilos de seda que testimonia los intentos fallidos de ballooning.
Estimuladas por condiciones favorables ?tal vez la temperatura cálida del suelo, que puede generar corrientes ascendentes-, las jóvenes arañas habrían tratado de proyectar sus hilos de seda más o menos al mismo tiempo.
Pero brisas inopinadamente fuertes habrían soplado los hilos a la hierba, una y otra vez, formando una capa enmarañada.
Los jóvenes arácnidos ?aterrizados? habrían tenido ?serias dificultades para morderte y además, no son venenosos para los humanos, así que no hay de qué preocuparse?, asegura Blackledge. ?De hecho, es un ejemplo de historia natural asombroso?.
Lluvia de arañas
Los eventos masivos de ballooning no son exclusivos de Estados Unidos. Ocurren en muchas partes del Hemisferio Norte ?por ejemplo, se han detectado arañas ?montando en globo? en Gran Bretaña- y se observan periódicamente en Australia.
Las arañas no solo remontan el vuelo para empezar una nueva vida en otra parte. También lo hacen para evitar desastres naturales. En 2012, lluvias récord en Australia precipitaron un evento masivo de ballooning.
En aquella ocasión, la conducta permitió que las arañas ?escaparan de lugares donde seguramente se habrían ahogado?, explicó Robert Matthews, profesor emérito de entomología en la Universidad de Georgia.
Aunque hectáreas de telarañas podrían horrorizar a los aracnofóbicos, la impresionante proeza demuestra ?la versatilidad de las cosas que [las arañas] pueden hacer con seda?, agregó Matthews.
La seda es un ?enorme avance evolutivo?, prosiguió, y ?este es un ejemplo más de porqué las arañas han sido un grupo exitoso?.
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