La sequía pudo haber causado la destrucción de Mayapán, la capital cultural y política del pueblo maya en la Península de Yucatán durante los siglos XIII y XIV d.C. La prolongada sequía, como parte de la crisis climática, exacerbó las tensiones entre facciones rivales. Diversas fuentes de datos muestran una correlación entre los conflictos civiles en la ciudad y las condiciones de sequía entre 1400 y 1450 CE.
Mayapán, la última gran capital maya en el Posclásico (1200-1450 d. C.), es una ciudad amurallada que abarca 4 kilómetros cuadrados. En su extensión, el sitio arqueológico alberga aproximadamente 4,000 estructuras, y se estima que la población alcanzó los 12,000 habitantes. A través de la arquitectura, se puede observar la marcada influencia de Chichen Itzá.
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En el artículo Conflicto civil inducido por la sequía entre los antiguos mayas, publicado en 2022 en la revista Nature, un equipo de investigadores analizó numerosos registros históricos que abarcaban cambios poblacionales, dietas contemporáneas y condiciones climáticas. Estos fueron complementados con el registro de restos humanos en busca de signos de lesiones traumáticas.
En las conclusiones establecieron correlaciones entre el aumento de las precipitaciones y el crecimiento de la población en la zona, así como entre las subsiguientes disminuciones de las lluvias y el aumento de los conflictos. Según los expertos, la sequía prolongada durante 1400-1450 d.C. probablemente desencadenó el abandono de Mayapán.
«Una sequía prolongada intensificó las tensiones entre facciones rivales, pero las adaptaciones posteriores revelan resiliencia a escala regional, asegurando que las estructuras políticas y económicas mayas perduraran hasta el contacto europeo a principios del siglo XVI d.C.», mencionan los investigadores en la publicación.
El estudio sugiere que la falta de agua habría afectado las prácticas agrícolas y las rutas comerciales, ejerciendo presión sobre la población y sus gobernantes. A medida que los alimentos escaseaban y la situación se volvía más peligrosa, los habitantes de Mayapán morían o se dispersaban hacia otras regiones.
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Las alteraciones significativas en las precipitaciones, especialmente las sequías extremas, afectaron la productividad agrícola de la capital maya a pesar de las inversiones importantes realizadas en su región central, sus ciudades y pueblos. El cultivo intensivo de huertas y jardines, así como en actividades complementarias como la caza, pesca y cría de pavos y ciervos domésticos también se vieron afectadas por la crisis climática.
«Los estudios de isótopos estables en la dieta indican una gran dependencia del maíz, un cultivo que era muy sensible a las sequías periódicas, dadas las limitaciones para el almacenamiento de granos a largo plazo», señala la investigación.
A pesar de la caída, el movimiento de personas hacia otras partes de la península de Yucatán, incluyendo prósperas ciudades costeras y asentamientos políticamente independientes, contribuyó al continuo florecimiento de la cultura maya.
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