Investigadores han podido verificar, con datos geomagnéticos, información exacta sobre las campañas militares de la Biblia.
Los eventos descritos en las escrituras sagradas hebreas, a lo largo de los años, han sido sometidos al análisis histórico y arqueológico. Aún así, los resultados han sido polémicos y refutados con nuevos hallazgos. Recientemente, un enfoque que aplica la investigación arqueomagnética a los restos de pueblos antiguos que fueron destruidos por el fuego, ha permitido verificar información de las campañas militares que aparecen en la Bilbia.
Una investigación realizada por la Universidad de Tel Avib y la Universidad Hebrea, fechó con precisión 20 capas de destrucción en 17 sitios arqueológicos en Israel. Esto a través de la reconstrucción de la dirección o intensidad del campo magnético de la Tierra en restos quemados.
“Los nuevos datos magnéticos proporcionaron información cronológica que permitió vincular contextos arqueológicos con campañas militares específicas, arrojando nueva luz sobre la historia de los reinos bíblicos de Israel y Judá”, escriben los autores en el estudio.
Esto fue lo que encontraron.
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Capas y capas de destrucción después de la guerra
La Biblia describe a través de los libros que la integran campañas militares egipcias, arameas, asirias y babilónicas. El estudio interdisciplinario reconstruye el comportamiento del campo geomagnético durante estos periodos únicos en la historia.
Muchas capas de destrucción que datan estos periodos han sido desenterradas en excavaciones arqueológicas. Varias de estas están vinculadas de forma segura a campañas específicas y son ampliamente aceptadas como anclas cronológicas.
Los investigadores usaron el arqueomagnetismo como una herramienta complementaria, para sincronizar los anclajes cronológicos, capas de destrucción y artefactos cuya datación no puede ser validada por radiocarbono o documentación histórica.
¿De qué manera se relaciona el campo magnético de la Tierra con la Biblia?
Uno de los hallazgos que destaca entre las campañas militares de la Biblia, es el fin del Reino de Judá, el cual estuvo bajo el asedio del Imperio asirio, Egipto y el Imperio babilónico.
«Si bien Jerusalén y las ciudades fronterizas en las estribaciones de Judea dejaron de existir, otras ciudades en el Negev, las montañas del sur de Judea y las estribaciones del sur de Judea permanecieron casi intactas. Ahora, los resultados magnéticos respaldan esta hipótesis, lo que indica que los babilonios no fueron los únicos responsables del desenlace de Judá”, explicó el profesor Erez Ben Yosef a EuropaPress..
Otros hallazgos geomagnéticos también indican que el ejército de Hazael, rey de Aram-Damasco, fue responsable de la destrucción de las ciudades de Tel Rehov, Tel Zayit, Horvat Tevet y Gat de los filisteos.
“Este (último) evento dejó una extensa capa de destrucción y, con base en datos históricos y arqueológicos, incluido el radiocarbono, existe un amplio consenso de que debe fecharse en ca. 830 a. C., aunque en el pasado se sugirió la posibilidad de que ocurriera en 798 a. C. Tanto la dirección como la intensidad arqueomagnéticas de Gat muestran una concordancia sobresaliente con otras tres capas de destrucción que datan del siglo IX a. C.”, explica el estudio sobre este evento.
También revela que las ciudades del Negev fueron destruidas por los edomitas, tras la destrucción de Jerusalén y el Reino de Judá por parte de los babilonios. Y, entre los hallazgos, también se refuta la teoría de que Hazael fue el conquistador que destruyó Tel Beth-Shean.
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