Con 262 artículos, el Código de Hammurabi es la primera gran compilación de Leyes de la que se tiene registro en el mundo.
Una de las primeras cosas que la humanidad plasmó por escrito fueron sus leyes. Como animales sociales y gregarios que somos, llegó un punto en el desarrollo de la civilización que un sistema común que representara gráficamente ideas y palabras hizo falta. Hacer dibujos en las cavernas ya no era suficiente. Fue así como, alrededor del mismo tiempo, en Mesopotamia y Egipto se desarrollaron alfabetos independientes.
Este hito marca dos eras diferentes: el final de la Prehistoria y el inicio de la Historia, que empezó a registrarse de manera escrita. Sucedió alrededor del año 3,000 a.C., según documenta Britannica, y dio pie a algunos de los documentos más antiguos de los que se tienen registro. Uno de ellos es el Código de Hammurabi.
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La primera gran compilación de normas de la que se tiene registro.
El Código de Hammurabi condensa las leyes de la antigua Mesopotamia. En 262 artículos, establecía las normas de comportamiento y los castigos aplicables para aquellos que las omitieran. Se escribió en escritura cuneiforme, el sistema oficial del imperio, y aunque no es la primera ley escrita en la Historia, sí se trata de la primera gran compilación de normas de la que se tiene registro.
Aunque muchas de las reglas sociales ya se obedecían con los usos y costumbres transmitidos oralmente en Mesopotamia, el Código de Hammurabi establecía los parámetros mercantiles y económicos. Josef Klíma, historiador especializado en Oriente Próximo, explica el origen de este documento como sigue:
“El aumento de la producción agrícola y el florecimiento de la artesanía, el fomento de la propiedad privada de los medios de producción, el crecimiento del intercambio y de las relaciones comerciales, trajeron consigo grandes transformaciones económicas y sociales para las que ya no bastaban las costumbres anteriores.”
Por ello, la creación de un código común se convirtió en una necesidad. Especialmente, detalle el historiador, «para la protección de la clase dominante«. Se sabe que, en gran medida, fue escrito por los más grandes gobernantes de Mesopotamia. Los primeros registros son del año 2,430 a.C., aproximadamente, y fueron dictados por el soberano Entemena.
Sin embargo, a las ediciones anteriores se les considera únicamente como antecedentes, o primeros intentos. La compilación que conocemos en la actualidad se le atribuye a Hammurabi, el rey de Babilonia.
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La Ley que todos conocían
En aquel entonces, como el Imperio se regía con una teocracia militar, el poder de los gobernantes era designado por las deidades. Por lo cual, tenían el derecho divino de disponer de la Ley a su mejor juicio —o mejor les conviniese.
Así como otros documentos mesopotámicos, el Código de Hammurabi quedó grabado en tablillas de arcilla. Sin embargo, de acuerdo con World History Encyclopedia, todos los súbditos de del Imperio la conocían a la perfección:
«Nadie podía alegar ignorancia de la ley, porque la estela, de más de 2 metros de alto, estaba expuesta en público. En su parte más alta, estaba grabada la imagen de Shamash, el dios de la justicia, entregando las leyes a Hammurabi, y el texto que sigue deja claro que esas son leyes de los dioses, no unas reglas arbitrarias creadas por mortales.»
La figura de este gobernante fue tan fuerte, que en él recayó gran parte de la estabilidad que consiguió Mesopotamia en aquel entonces. Sin embargo, «El imperio de Hammurabi colapsó tras su muerte«, explica la enciclopedia, «y Babilonia fue saqueada repetidas veces a lo largo de los años».
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