Hace 2022 años, María dio a luz en Belén. Siglos más tarde, ahí mismo se erigió una basílica con mosaicos de oro y lapislázuli. Ésta es su historia.
La primera vez que fuimos a Jerusalén, mi madre tenía la intención de ir a los lugares que para ella son sagrados. Además de las visitas obligadas al Santo Sepulcro y al Monte de los Olivos, quiso conocer el lugar donde nació Jesús, el mesías de su fe. Fue en 2017, y tuvimos que rentar un taxi que nos llevara de Israel hasta Palestina. Ahí se encuentra el Basílica de la Natividad: el lugar donde, según la tradición, se conserva el pesebre donde María dio a luz.
De entrada, me sorprendió que Betlehem, la ciudad donde se piensa que nació Jesús, tenga una mínima población cristiana. Al llegar al lugar, nos recibió una guía de turistas que apenas hablaba español. Hace 5 años, nos platicó que más del 98 % de la población en Belén es musulmana, dejando un mínimo de habitantes que visitaban el templo por motivos religiosos.
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¿Dónde nació Jesús y por qué fue en ese lugar?
Lucas fue uno de los evangelistas que tuvo más cercanía con la familia del Jesús histórico, como se le conoce al hombre original en cual se fincó el cristianismo. Después de su muerte, el evangelista se acercó a María para que le relatara los sucesos más importantes en la vida de su hijo. Uno de ellos, naturalmente, fue el día de su nacimiento.
Según el registro de Lucas, María dio a luz en Belén, una ciudad ubicada al centro de la actual Palestina. En la actualidad, está a sólo 9 kilómetros de Jerusalén, por lo que se puede acceder fácilmente en coche. En aquel entonces, la familia de pastores acudió a un censo poblacional. María estaba en los últimos días de su embarazo cuando, según el relato evangélico, un ángel se les manifestó:
«Y entonces se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos, y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: ‘¡Escuchen! No teman. Porque os traigo buenas nuevas de gran gozo, que será para todos los pueblos. Porque os ha nacido hoy en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor. Y esto os servirá de señal: Hallaréis al Niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre».
Lucas 2:9-12
Y así fue, según las escrituras sagradas de la tradición cristiana. María dio a luz sobre un pesebre, al interior de un granero a las afueras del actual Belén. Siglos más tarde, los fieles al cristianismo visitarían este espacio como un recordatorio de que su mesías había nacido en la Tierra para traerles un mensaje de amor, paz y equidad, en medio de las hostilidades que imponían las autoridades romanas.
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¿Quién construyó la Basílica de la Natividad?
Aunque en la actualidad se sabe que la fecha original de su natalicio es más cercana a la primavera, el 24 de diciembre se consolidó como el Día de Navidad porque coincidía con otra festividad fundamental en el Imperio Romano: las saturnales. Cuando el interés político de los romanos viró a que la religión oficial fuera el cristianismo, se empató la fecha de las festividades al Sol con el natalicio de una nueva figura sagrada: Jesús.
Una de las mandatarias romanas más creyentes de Jesús y su palabra fue Helena de Constantinopla, madre del emperador Constantino I. Como era una mujer profundamente devota a la tradición cristiana, mandó construir iglesias a lo largo y ancho de los territorios de su hijo. Una de las encomiendas a la que le dedicó más atención fue a construir un recinto digno del Hijo De Dios, en el lugar donde se creía que había nacido.
Por ello, la madre del emperador visitó varias veces el lugar donde creía que Jesús nació. Quería cerciorarse de que el lugar donde había estado el pesebre estuviera decorado con los mejores materiales, que pudieran preservarlo para siempre. Por ello, aunque Jesús nació en un pesebre, la Basílica de la Natividad está decorada con oro y lapislázuli, algunos de los materiales de ornato más caros en la historia.
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¿Realmente se conserva el pesebre donde nació Jesús?
Es poco probable, históricamente, que el pesebre original donde nació Jesús se conserve. Sin embargo, en los inicios del cristianismo —hacia el siglo I d.C.—, las reliquias se convirtieron en estandartes de poder político. Por ello, establecer un templo específico y terrenal donde se cristalizara este hecho fue importante a nivel político y religioso para los romanos.
Sin embargo, los fieles del cristianismo creen que éste sí fue el lugar donde María dio a luz. Por ello, se mandó construir una cripta pequeña, donde los creyentes pudieran visitar este espacio de contacto sagrado. Al ingresar a la iglesia, las personas hacen filas de horas para hincarse frente a una gruta pequeña, donde hay una ‘estrella de Belén’ en el piso.
Ésta enmarca un agujero, donde, supuestamente, descansó el pesebre hace más de 2 mil años. Desde 2016, este recinto está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO:
«Allí se completó una iglesia por primera vez en el año 339 d.C. y el edificio que la reemplazó después de un incendio en el siglo VI conserva elaborados mosaicos en el piso del edificio original», documenta la institución.
Después de más de 1,700 años de construida, el espacio conserva conventos e iglesias latinas, ortodoxas griegas, franciscanas y armenias. Los campanarios y jardines son los originales, aunque la población cristiana de Belén se reduce con cada año que pasa. Las peregrinaciones al espacio, sin embargo, se mantienen. Al visitar la basílica, es probable que se le encuentre cubierta de andamios: hace décadas que está así, a la espera de presupuesto para terminar su restauración.
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