La identidad de género de Zuzu, un esqueleto de la última glaciación en Brasil, los investigadores le asignaron características masculinas en 3D.
Sucedió en 1997. Encontrado en posición fetal en el parque arqueológico de Toca dos Coqueiros, al suroeste de Brasil, el esqueleto de una persona prehistórica se exhumó. Por las dimensiones de su cráneo, se determinó que había sido una mujer joven. Por el estado de conservación de los restos, sin embargo, los restos generaron debate: bien podría ser un ejemplar masculino. Le nombraron ‘Zuzu’.
La datación original sugiere que esta persona habitó la región hace 9,600 años, hacia el final de la última glaciación. Durante años, el esqueleto de Zuzu permaneció exhibido en el Museo de la Naturaleza en Piauí, Brasil. Después de décadas de investigación sobre estos restos, un equipo de arqueólogos en Brasil finalmente le logró dar rostro a Zuzu. Así lo consiguieron.
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Una figura ‘misteriosa’ en la historia de Brasil
A lo largo de 2022, un equipo de investigadores tomó 57 de fotografías del cráneo de Zuzu. Desde diferentes ángulos, la intención era reconstruir su rostro en 3D por medio de una técnica conocida como fotogrametría. Sólo de esta forma, explican los autores en el estudio, podrían «revelar el rostro de esa figura tan misteriosa y tan importante para la historia de Brasil«.
Al recuperar la apariencia de esta persona, Moacir Elias Santos, el investigador que lidera el estudio, intenta que Zuzu sea más cercana al público contemporáneo:
«El principal interés fue poder vislumbrar el rostro de Zuzu, cuyo esqueleto es uno de los hallazgos más importantes en la región del Parque Nacional Serra da Capivara», declaró el especialista en un correo electrónico para Live Science.
Para completar la reconstrucción en 3D, los investigadores utilizaron tomografías computarizadas de donantes vivos virtuales. Fue así como ajustaron la estructura del cráneo, recalca Cícero Moraes, quien estuvo involucrado en el diseño del tejido de la piel. Después de este procedimiento, los autores consiguieron dos resultados diferentes.
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Dos identidades
Para el estudio, los autores generaron dos rostros para Zuzu. Ambos como si fuera un hombre joven, con nariz y labios anchos. Una de las reconstrucciones incluía pelo, cejas y vello corporal. En la otra, como se muestra en el comparativo de este artículo, se le muestra completamente calvo y con los ojos cerrados.
“Aunque el cráneo tiene afinidad con una población asiática, entre los individuos de tal ascendencia hay una gran cantidad de diferencias estructurales, que se eluden cerrando los párpados”, escribieron los investigadores en el estudio. «La imagen también se representó en escala de grises (blanco y negro) ya que no hay información precisa sobre el color de la piel. Por lo tanto, esa imagen sería lo más cercano a lo que podría ser la cara real».
Con ambas aproximaciones a cómo se pudo ver Zuzu en aquel pasado remoto, los investigadores piensan que pueden darse una idea de cómo se veía en vida. “Es un reencuentro con uno de los ancestros más antiguos de nuestro país”, concluye Santos.
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