En el valle de Bamiyán, en Afganistán, los fragmentos de dos budas majestuosos destruidos por los talibanes en marzo de 2001 están cuidadosamente preservados.
Los miles de pedazos van de trozos muy pequeños del recubrimiento de arcilla a rocas de casi 70 toneladas; representan cerca de 90 % de las estatuas originales. Mientras expertos debaten sobre la posibilidad de reconstruirlos, un equipo de la Universidad RWTH Aachen, de Alemania, prueba tecnología de tercera dimensión que permite a los investigadores reconstruir virtualmente las piezas de los antiguos gigantes.
Al hacer coincidir los patrones de sedimentos en los fragmentos con los de los nichos huecos donde estuvieron los budas surgen claves vitales para conocer su posición original. Escanear y buscar la correspondencia de las fi rmas magnéticas de las rocas, que requiere más recursos, es el complemento crucial. En tanto, el trabajo en el sitio se centrará en estabilizar la roca frágil del nicho para salvaguardar la historia.