Los tiburones son modelos de eficiencia hace más de 400 millones de años que inspiran miedo, asombro y películas.
Ahora, uno de los secretos de su largo éxito: la piel escamosa que resiste a los microorganismos y reduce la resistencia al agua, inspira a la biomimética. Anthony Brennan, ingeniero de la Universidad de Florida, dice que todos los tiburones tienen escamas que se sobreponen, o dentículos, demasiado ásperos para ser colonizados por bacterias.
Su empresa, Sharklet Technologies, imita este patrón para inhibir el crecimiento bacteriano en instrumental y superficies médicos. El patrón también es la base de una pintura aplicada con esténcil del instituto de investigación Fraunhofer de Alemania. Según el ingeniero Volkmar Stenzel, esto podría utilizarse en poco tiempo para ayudar a aviones y buques a ahorrar combustible.
Si el desarrollo continúa, en algún momento la pintura podría también mejorar la eficiencia de las turbinas de viento.