Un informe de la Organización Internacional del Trabajo señala que la erradicación de la explotación infantil podría traer grandes beneficios económicos.
Por todo el mundo se pueden ver niños pregonando baratijas y limpiando tiendas de té. Pero sólo son los más visibles de los 215 millones de niños trabajadores del mundo. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de Naciones Unidas dice que 60% de ellos se desloma invisiblemente en el sector agrícola, a menudo por poca o sin paga.
Y el aislamiento de los que realizan trabajo doméstico, dice Human Rights Watch, puede aumentar las probabilidades de explotación. Entre 2004 y 2008, el número de trabajadores infantiles disminuyó en siete millones; Asia y América Latina, en particular Brasil, han abierto el camino gracias a iniciativas gubernamentales.
Sin embargo, el sur de Asia aún alberga el mayor número de trabajadores infantiles del mundo; uno de cada cuatro niños subsaharianos todavía califica como trabajador infantil, y la crisis económica podría detener el progreso al alimentar la demanda de mano de obra barata.
Adelantándose, la OIT recomienda un compromiso global para la educación obligatoria -aboliendo las colegiaturas, por ejemplo- y pactos gubernamentales con los trabajadores organizados. Estima que un gasto de 140,000 millones de dólares durante 20 años en el África subsahariana podría producir hasta 724,000 millones de dólares en beneficios, incluso enormes ahorros en salud en cuanto los niños dejen de hacer trabajos peligrosos.
«El mundo puede costear esto», concluye el informe. Considéralo una inversión menor con una ganancia enorme.