Investigadores han descubierto efectos nocivos del tinte rojo de la grana cochinilla
Este colorante rojo brillante derivado de insectos diminutos, preciado por los conquistadores españoles, le da un atractivo rubor a algunos alimentos y cosméticos modernos. Sin embargo, a un pequeño grupo de personas les puede provocar hinchazón, urticaria o problemas respiratorios. Estados Unidos ha ordenado que este colorante debe identificarse como «extracto de cochinilla» o «carmín» en las etiquetas de los productos. Anteriormente se aceptaban frases vagas como «color añadido».
Las cochinillas, nativas del Nuevo Mundo que comen cactáceas, son secadas y molidas para producir un colorante en polvo. A partir del siglo XVI, las prendas de la alta sociedad europea lucían un color rojo producido con la exótica cochinilla. El tono profundo y duradero fue utilizado incluso en la producción de los famosos sacos rojos de la Armada Británica durante más de 200 años. La recolección de cochinilla declinó tras la invención de colorantes sintéticos baratos en el siglo XIX, pero ha repuntado, principalmente en Perú y las Islas Canarias, donde se promueve el uso de este colorante como alternativa natural a los colorantes artificiales.
El tinte rojo hecho con cochinillas (arriba, con aumento) da color a varios productos.