Conservacionistas marinos cruzan los dedos mientras se decide el destino de cinco especies de tiburón
Conservacionistas marinos cruzan los dedos mientras se decide el destino de cinco especies de tiburón. Si así lo votan 2/3 de los 177 países miembros de CITES, en su XVI conferencia que concluirá este 14 de marzo, se les podría otorgar protección a estos escualos. Quizá nueva información arrojada por dos estudios incline la balanza a favor de la fauna marina.
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), es un acuerdo internacional que entró en vigor en 1975 para asegurar que la industria no amenace la supervivencia de la especies. Las tres variedades de tiburón martillo, el tiburón de puntas blancas y el marrajo sardinero podrían sumarse al listado del apéndice II, lo cual regularía su pesca.
De acuerdo a biólogos de la Universidad Dalhousie en Halifax, en colaboración con otras instituciones, el estimado anual de muertes a tiburones supera los 100 millones. Cifra considerablemente mayor a los 73 millones de casos registrados. Si bien se les considera peces, los tiburones se parecen a los mamíferos en su ciclo biológico. Tardan en alcanzar la madurez sexual, tienen largos periodos de gestación y producen pocas crías.
Un segundo estudio financiado por Microwave Telementry Inc. (empresa manufacturera de dispositivos de rastreo) reveló, al observar la ruta migratoria de 11 tiburones de puntas blancas, que recorrían un territorio mayor a 16 mil km2. Al nadar entre jurisdicciones políticas, es necesaria la cooperación internacional para regular la pesca y designar áreas protegidas.
La demanda de tiburones ha aumentado desde la década de los ?50. Pasaron de ser pesca incidental a codiciadas presas. Las aletas del tiburón oceánico de puntas blancas alcanzan un precio aproximado de $90 dólares, mientras que las del tiburón martillo valen entre $110 y $220. Además, se les busca por su carne, cartílago y aceite de hígado.
Entrar bajo la categoría Apéndice II, reservada a especies peligrosamente cerca d estar en riesgo de extinción, significa que únicamente podrían ser comercializados con un permiso oficial. Con un mayor control sobre la cantidad de tiburones pescados, la práctica se volvería más sustentable.