Nos gusta presumir sobre nuestros pulgares oponibles, pero el humilde topo tiene algo adicional, un sexto ?dígito? o pseudopulgar.
Nos gusta presumir sobre nuestros pulgares oponibles, pero el humilde topo tiene algo adicional, un sexto «dígito» o pseudopulgar, que le ayuda en sus proezas excavatorias. El crecimiento de dígitos adicionales, también conocido como polidactilia, ocurre a veces entre los mamíferos de cinco dedos, pero es la norma para la mayoría de las especies de topo, que usan sus garras expandidas para perforar los suelos de Europa, Asia y Norteamérica.
Para entender mejor este fenómeno, el año pasado un equipo a cargo del paleontólogo Marcelo Sánchez de la Universidad de Zurich escarbó más en el tema del desarrollo embrionario del apéndice y su naturaleza molecular. Los estudios óseos han mostrado que los «pulgares» de los topos se forman a partir de un hueso elongado de la muñeca.
Así que, a diferencia de los verdaderos dígitos con múltiples partes, el pseudopulgar consiste de un sólo hueso similar a una cuchilla. El nuevo estudio revela que se desarrolla después que los dedos auténticos pero comparte un marcador genético. ¿Quiénes más tienen seis dedos? Los pandas gigantes y, según la leyenda, la Reina de Inglaterra, Ana Bolena.