La Tierra puede recibir más rocas lunares en 2018, cuando la NASA planea un alunizaje tripulado. Hasta entonces, como lo saben científicos y coleccionistas, la demanda y la oferta son mundos distintos. ¿Las únicas fuentes? Raros meteoritos lunares, tierra de investigaciones soviéticas y 382 kilogramos de escombros acarreados por los astronautas de las misiones Apolo entre 1969 y 1972.
La Tierra puede recibir más rocas lunares en 2018, cuando la NASA planea un alunizaje tripulado. Hasta entonces, como lo saben científicos y coleccionistas, la demanda y la oferta son mundos distintos. ¿Las únicas fuentes? Raros meteoritos lunares, tierra de investigaciones soviéticas y 382 kilogramos de escombros acarreados por los astronautas de las misiones Apolo entre 1969 y 1972.
La NASA conserva la mayoría de su alijo de 1,500 rocas en Houston y presta 400 muestras para investigación y exhibición al año. Los presidentes Nixon y Ford obsequiaron fragmentos «de buena voluntad» del tamaño de un chícharo a 134 países, 50 estados y Puerto Rico. Para otros grupos interesados, las subastas pueden ser una opción legal, si la roca en venta no es propiedad del gobierno de Estados Unidos.
En Sotheby’s, en 1993, una muestra soviética se vendió en 442,500 dólares. En eBay, un corte de meteorito va de 40 a 100,000 dólares, dependiendo del tamaño, calidad y autentificación. Y está el mercado negro. Joseph Gutheinz, ex investigador de la NASA, dice que las rocas de misiones Apolo que han desaparecido a lo largo de los años pueden aparecer con etiquetas de cinco millones de dólares. «Simplemente significan más y más conforme pasan los años».