Especialistas analizarán la forma de preservar el trabajo prehispánico.
Los textiles de plumas hechos con técnicas prehispánicas, que impresionaron a los españoles en el siglo XVI, siguen impactando por su belleza y complejidad, por lo que se busca la manera de preservarlos.
Así, las autoridades en México organizaron un encuentro para la conservación del arte plumario, donde expertos analizarán las técnicas pasadas, así como las aplicadas actualmente.
Desde hace más de dos décadas, los especialistas han desarrollado dos líneas de investigación en torno a los textiles de pluma hilada y los mosaicos de plumas.
En 1998 se inició con el estudio y restauración del huipil atribuido a la Malinche, pieza cuya técnica sólo se ha visto en seis textiles en el mundo.
El huipil de la Malinche está resguardado en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
Según la restauradora Lorena Román, coordinadora del encuentro de conservación, eran los indígenas quienes trabajaban las telas emplumadas utilizadas por la alta sociedad, debido a que la pluma tenía una connotación de divinidad. «Todas estas piezas son de algodón hilado a mano, elaboradas en telares de cintura. En el huipil atribuido a la Malinche, la pluma está teñida junto con la lana, con colorantes a base de cochinilla, y de filamentos de añil y zacatlaxcalli.
Expuso que recientemente han intentado teñir plumas, pero no han podido igualar la intensidad que lograron los indígenas.
En cuanto a las técnicas, expone que en otros lugares como Perú se utilizó la pluma anudada, pero no la pluma torcida, que consiste en un solo hilo con pluma que luego se tuerce para obtener un hilo más grueso. Al parecer sólo se desarrolló en México, aunque cayó en desuso después del siglo XVIII, pues no se ha encontrado algo posterior a esa época.
Las otras piezas
– En el Museo Textil de Oaxaca se encuentra un paño novohispano que se cree era el lienzo central de un huipil elaborado con la técnica de pluma hilada y torcida.
– El Manto de San Miguel Zinacantepec, creado en 1710, es de pluma hilada y torcida, y pertenece a la colección del Museo Nacional del Virreinato. (Imagen principal de este artículo)
-Otra pieza llamada Manto de Zinacantepec, fue elaborada en el siglo XVIII, y se encuentra en el Instituto Mexiquense de Cultura.
-La obra más antigua de todas, del siglo XVI, es un manto denominado Tlamachayatl, ubicado en el Museo Nacional Prehistórico y Etnográfico «Luigi Pigorini», de Roma, Italia.
-Recientemente identificada en Estados Unidos, una tira con iconografía cristiana con base en cruces, elaborada con pluma hilada y pelo de conejo, del siglo XVIII, está resguardada en el Museo Cooper-Hewitt, de Nueva York.
En el proyecto de conservación participarán historiadores, antropólogos, restauradores, biólogos y artesanos.