Se han utilizado salmones para obtener crías de truchas: primera vez que un animal sustituto produce una especie distinta, afirman unos investigadores.
El trabajo podría encontrar la forma de preservar especies en peligro
Se han utilizado salmones para obtener crías de truchas: primera vez que un animal sustituto produce una especie distinta, afirman unos investigadores. Los investigadores tomaron células reproductoras de la trucha arco iris, llamadas ovocitos o células germinales, y las implantaron en embriones de salmón de la variedad masu.
Cuando los óvulos y espermatozoides de los salmones adultos se combinaron mediante inseminación artificial, produjeron crías con todas las características de las truchas. Aunque truchas y salmones no son especies en peligro, «este innovador método permitirá utilizar al salmón para rescatar especies amenazadas», señaló el director de la investigación, Goro Yoshizaki, de la Universidad de Ciencias y Tecnología Marina de Tokio.
Se espera que el nuevo trabajo ofrezca una técnica que, con el tiempo, permita producir otras especies difíciles de criar, amenazadas o extintas, al utilizar especies huéspedes que sean abundantes o fáciles de reproducir en cautiverio. Yoshizaki y sus colegas publicaron sus hallazgos en la revista Science.
Grandes huevos
La trucha y el salmón pertenecen a la misma familia, Salmonidae. En las últimas décadas se ha observado una importante mengua en las poblaciones de muchos salmónidos, lo que ha ocasionado que algunas especies se vean amenazadas o incluso se hayan extinguido.
Es difícil preservar dichas especies debido a que la hueva viable es demasiado grande y su contenido graso es excesivo para sobrevivir la congelación. «Por ello pensamos que congelar células progenitoras de óvulos y espermas sería una buena alternativa a la crioperservación de hueva», explicó Yoshizaki.
Igual que las células madre, las células progenitoras pueden transformarse en distintos tipos de células, aunque su capacidad es algo más limitada. En este experimento, los investigadores utilizaron células germinales extraídas de embriones de trucha y las implantaron en embriones de salmón de ambos sexos.
El salmón adulto macho produjo células masculinas de la trucha arco iris que carecían por completo del material genético del salmón. Del mismo modo, los salmones hembra adultos produjeron óvulos de trucha con las mismas características.
«Luego de inseminar artificialmente a estos salmones masculinos y femeninos, obtuvimos una población de truchas 100 por ciento pura», agregó Yoshizaki. Un aspecto clave de la investigación consistió en esterilizar a los salmones antes de transplantar las células, apuntaron los científicos.
En estudios anteriores, los científicos transplantaron células a salmones fértiles y, aunque los machos produjeron algunos espermatozoides de trucha, casi todos los demás eran derivados del material genético del salmón. En contraste, las hembras no pudieron producir óvulos derivados del material genético de la trucha.
«El uso de animales estériles es una estrategia muy limpia», señaló Ina Dobrinski, investigadora de biotecnología animal y células germinales en la Universidad de Pensilvania, quien no participó en el estudio. «Permite que [los animales estériles] se vuelvan recipientes ideales de transplantes, dado a que sólo producirán óvulos y espermatozoides del donador».
Más aun, los espermatozoides de trucha resultantes son lo bastante pequeños para mantenerlos en congelación, lo cual significa que los espermatozoides obtenidos de animales extintos podrían congelarse para luego transplantarlos a una especie huésped.
Jonathan Zohar, experto en reproducción piscícola de la Universidad de Maryland, Baltimore, comentó que la investigación de Yoshizaki «cambia nuestra percepción de la biología reproductiva de los peces, así como el futuro de la producción de frutos del mar».
El salmón masu se reproduce con más rapidez que la trucha arco iris, de modo que si se viera amenazada, la técnica serviría para producir truchas con más rapidez que en condiciones naturales. Además, agregó, la tecnología es genérica, de modo que podría aplicarse a muchas otras especies de peces.
«Es particularmente interesante en el contexto de la persistente y muy alarmante mengua observada en las pesquerías», afirmó Zohar. Una especie que se vería beneficiada con la técnica sería el atún de aleta azul, aseveró Yoshizaki, ya que su población ha experimentado una acelerada decadencia a causa de la pesca excesiva.
Esta variedad de atún no es susceptible de domesticación y, por tanto, es imposible reproducirla en cautiverio. En estos momentos, Yoshizaki trata de realizar transplantes de células del atún de aleta azul, que llega a pesar hasta 600 kilogramos, en caballas sustitutas, que pesan menos de un kilogramo.
«El transplante de células germinales de atún en caballas recipientes podría producir simiente de atún en estanques pequeños, a menor costo y con menos mano de obra -pronosticó Yoshizaki-. A la larga, beneficiará mucho a las pesquerías de atún de todo el mundo».