Un satélite nos podrá decir el momento y el lugar en el que decrece la población de tortugas laúd
Con 900 kilogramos y dos metros de longitud, la tortuga laúd o baula es el reptil más grande que existe en el planeta.
Su tamaño, sin embargo, desmiente su fragilidad: de todas las laúd que viven en el Océano Pacífico, la población de esta especie de quelonios bajó un 90 por ciento en los últimos 20 años.
Los biólogos ya saben que la maquinaria de pesca representa un problema grave para estas tortugas, quienes pueden enredarse en las redes de los arrastreros, pero no saben con seguridad cuándo y dónde se está precipitando la supervivencia de esta especie.
«Estos animales viajan miles de kilómetros a través del Pacífico, así que no hay manera de rastrearlas por bote o tierra» dijo la bióloga marina Helen Bailey, del Centro de Ciencia Ambiental de la Universidad de Maryland, a Scientific American.
Eso fue por lo que Bailey y sus colegas se dispusieron a seguir las tortugas laúd mediante satélite. Los científicos posicionaron arneses con dispositivos de rastreo en los caparazones de las laúd.
Así, los dispositivos transmitían una señal cada vez que las tortugas emergían a la superficie oceánica.
El estudio, publicado en la edición de abril de Ecological Applications, apuntala las zonas de peligro donde las tortugas y los barcos arrastreros se encuentran; esta información ayudará a agencias reguladoras a decidir los tiempos y lugares en las que limitarían la pesca para proteger a estas especies.
Durante quince años, los investigadores siguieron a 135 hembras, algunas del Pacifico este y otras del oeste del Pacífico, mientras entrecruzaban el océano para buscar medusas como alimento.
El estudio encontró que los patrones de migraciones para las dos poblaciones eran diferentes: las laúd del oeste anidan en Indonesia para alimentarse en el sur del Mar Chino, los mares indoneses y el sureste de Australia, y a lo largo de la Costa Este de EU, haciéndolas vulnerables para las redes de pesca en muchas áreas diferentes.
Las tortugas laúd del este del Pacífico se trasladan desde los nidos situados en México y Costa Rica hasta el sureste del Pacífico, muchas veces siendo enganchadas en la maquinaria de pesqueros a lo largo de la costa de Sudamérica.
Debido a que la población del este está más concentrada, su riesgo de extinción es mucho más grande, según Bailey.
Estos hallazgos pueden ayudar a decidir las cláusulas para los planes de pesca a corto plazo.
Actualmente, Bailey emprendió la iniciativa que llevó a la decisión de cerrar la pesca de pez espada y tiburones trilladores en California desde mediados de agosto hasta mediados de noviembre, reduciendo dramáticamente la captura incidental de tortuga baula:
En 2010 no se capturó ninguna tortuga.
El rastreo satelital puede ayudar a definir el tiempo y área de estas clausuras de pesca por temporada, además de generar más cierras de pesca en las costas de Washington y Oregon.
En las Islas Galápagos, las tortugas laúd llevan un corredor migratorio muy específico de febrero a abril, por lo que una clausura a tiempo en el área podría reducir las capturas incidentales en un 100 por ciento.