Actividades como jugar ajedrez, hacer rompecabezas y mantener una vida social sana ayudan a prevenir y combatir el Alzheimer y otros daños cerebrales
Comúnmente se dice que lo que no se usa se pierde, esto es cierto en el caso de la mente. Nuevos avances científicos apuntan hacia la Reserva Cognitiva no sólo como preventiva del Alzheimer y otras enfermedades demenciales, sino como esencial en la lucha contra ellas.
El Alzheimer se conoce como la enfermedad del siglo XXI. Se trata de la forma más común de demencia y es incurable, progresiva y terminal. Actualmente, existen alrededor de 36 millones de afectados a nivel mundial, cifra que se espera aumentar a 115 millones para 2050.
El Dr. Yaakov Stern, Director de Neurociencia Cognitiva del Sergeivsky Center y del Taub Institute, ha investigado desde la década de los ochenta lo que nombró la Reserva Cognitiva, o la capacidad de minimizar el deterioro mental. Ha revelado que ésta se adquiere ejercitando el cerebro a través de hábitos mentales saludables.
El Dr. Stern pudo evidenciar la importancia de la Reserva Cognitiva al estudiar el caso de un jugador de ajedrez quien presentaba leves síntomas de Alzheimer. Tras morir por causas independientes, reveló en una operación post-mortem un estado mucho más avanzado de la enfermedad del que inicialmente se creía. Su increíble manejo del Alzheimer se debía a que, gracias a su profesión, su Reserva Cognitiva era muy alta.
Nuestro entorno, nuestras capacidades innatas, la educación que recibimos, el puesto de trabajo que desempeñamos y las actividades de ocio que elegimos, contribuyen a la elaboración de nuestra Reserva Cognitiva.
Aunque se encuentra en elaboración, por el momento no existe una escala de puntuación que mida la Reserva Cognitiva ni se sabe con exactitud qué factores son los más influyentes sobre ella. Sin embargo, no cabe duda de que el mantenerse activo y ocupado protege del daño cerebral.