Cada año tiramos muchos paraguas a la basura, lamentándonos sobre lo mal que funcionan cuando llueve fuerte.
Se han hecho varios diseños novedosos para enfrentar las fallas del diseño clásico. Para evitar que se voltee, el diseñador holandés Gerwin Hoogendoorn hizo su paraguas Senz (arriba), bastante aerodinámico para soportar rachas de viento de hasta 112 km por hora.
Greig Brebner, de Nueva Zelanda, un tipo muy alto alarmado por la avalancha de varillas a la altura de sus ojos cuando vivía en Londres, diseñó el Blunt, con puntas cubiertas que lo hacen más seguro y más fuerte. Y para esa caminata romántica bajo la lluvia, existe incluso un paraguas tándem. Una de las versiones más innovadoras proviene del empresario estadounidense Alan Kaufman: el Nubrella.
Se trata de una burbuja transparente que se apoya sobre los hombros o, próximamente, en una mochila. Seguro se ve un poco extraño. Pero «si el clima es muy malo ?dice Kaufman?, la gente no se está fijando en ti».