Las sorpresas que estuvieron ocultas en el mar.
El vestido está confeccionado en damasco de seda tejido con motivos florales. Consta de corpiño, falda amplia y plisada, y cuello alto. Las prendas de vestir del siglo XVII son muy contadas, pero este vestido sobrevivió completo y en muy buenas condiciones, a pesar de los siglos que pasó bajo el mar.
En este retrato de principios del siglo XVII, Catherine Knevet, condesa de Suffolk, luce un vestido parecido a la prenda recuperada del naufragio.
En el naufragio hallaron varias cubiertas de cuero para libros, cuyas páginas de papel debieron disolverse al permanecer sumergidas durante siglos. Esta cubierta lleva el escudo de armas del rey Carlos I.
Estas medias o calcetines largos de dama están decorados con complejos patrones.
No obstante la condición social, los piojos eran un problema común en el siglo XVII. Este peine de cuerno con dientes finos se utilizaba para retirar los parásitos del cabello.
Este bolso de terciopelo rojo está bordado con hilo de plata y cuando fue hallado, tenía dentro un peine.
Este detalle del vestido muestra el complejo bordado floral del damasco. Aunque ahora la tela tiene varios colores ?anaranjado, verde, amarillo, negro, marrón, y rojo-, era de un solo color originalmente. Es muy probable que el tinte reaccionara con el agua salada a lo largo de los siglos.
Estas pomas de plata se llenaban con flores o hierbas aromáticas, y se llevaban puestas o en la mano para proteger al usuario de olores ofensivos en su entorno.
Este detalle de una pintura de Jacob Cornelisz van Oostsanen, hecha en 1518, muestra a un hombre sosteniendo una poma parecida.
Esta tapa de un cáliz de plata está decorada con un soldado romano sosteniendo una lanza. El cáliz y su base también fueron hallados en el naufragio.
P{margin-bottom:.08in}
El cáliz descubierto en el naufragio es similar al cáliz de oro representado en un bodegón del artista Willem Claeszoon Heda, pintado en 1635.