Unos dientes fósiles encontrados en Etiopía podrían pertenecer a una especie de gran simio, hasta ahora desconocida, que vivió en África hace diez millones de años.
La teoría sobre la evolución humana podría cambiar
Unos dientes fósiles encontrados en Etiopía podrían pertenecer a una especie de gran simio, hasta ahora desconocida, que vivió en África hace diez millones de años, informan los paleontólogos. El descubrimiento no sólo llena un importante vacío del registro fósil, afirman especialistas del equipo japonés-etíope, sino que podría echar por tierra la teoría vigente sobre la evolución humana.
Los dientes (ocho molares y un canino) proceden de la región etíope de Afar, valle rico en fósiles que adquirió fama en 1974 con el descubrimiento de uno de los primeros antepasados del hombre, el esqueleto homínido conocido como Lucy. Durante mucho tiempo, los científicos no habían podido hallar fósiles africanos que fueran antepasados directos de los grandes simios modernos y que tuvieran entre 8 y 14 millones de años.
Aunque en Europa y Asia el registro fósil de los grandes simios abunda en ejemplares de dicha era -que incluyen gorilas, chimpancés y bonobos-, los expertos especulaban que el antepasado común a todos los simios y humanos salió de África y derivó en especies independientes.
Entre las nuevas especies se encontraba un antecesor de simios y humanos que regresó a África hace siete millones de años. Los análisis moleculares practicados en fósiles europeos y especies africanas posteriores parecían respaldar la hipótesis.
Sin embargo, el reciente descubrimiento significa que hace diez millones de años hubo simios semejantes a los gorilas que viven en África. «El fósil demuestra que la separación fue muy anterior a lo que señalaba la evidencia molecular», señaló Berhane Asfaw, coautor del estudio del Servicio de Investigación del Valle de la Grieta, en la capital etíope de Adis Abeba. «Esto significa que debemos volver al principio».
Pistas dietéticas
En el artículo, publicado en la revista Nature, el principal autor del estudio Gen Suwa, y sus colegas de la Universidad de Tokio, confieren a la criatura el nombre de Chororapithecus abyssinicus. Los científicos encontraron el canino a principios del año 2006, durante el último día de su trabajo de campo.
Uno de sus asistentes, llamado Kampiro, extrajo el fósil del terreno rocoso después de que el equipo realizara reconocimientos a pie en una superficie de 100 kilómetros de extensión. Los molares fueron encontrados durante una segunda excavación realizada en 2007. «Cuando vi el primer gran molar en el reconocimiento de marzo, quedé muy sorprendido», comenta Yonas Bayene, miembro del equipo de investigación.
En términos de tamaño y proporción, es imposible diferenciar entre los dientes de estos «proto-gorilas» y los que pertenecen a algunas de las subespecies modernas de gorilas, señala el artículo. El equipo opina que los fósiles de C. abyssinicus representan a un antepasado de los grandes simios debido a que los molares indican que el animal había comenzado a adaptarse a una dieta de alto contenido fibroso, similar a la de los gorilas modernos.
Richard Potts, director del Programa Orígenes Humanos del Instituto Smithsoniano, afirmó que es posible que los dientes pertenecieran a otro tipo de antepasado simiesco cuyos hábitos de alimentación se parecían a los de los gorilas. «Sin duda, hay suficientes argumentos para afirmar que tenía una dieta parecida a la de los gorilas -dijo Potts-. Ahora, la interrogante es: ¿Se trata de un gorila?».
Otros investigadores señalan que la información del equipo de Suwa es, hasta el momento, muy limitada. No obstante, los expertos apuntan que el descubrimiento bien podría trastocar arraigadas ideas que se sustentan en las carencias del registro fósil y no en pruebas contundentes.
«No podemos utilizar la ausencia de pruebas como prueba de ausencia», apunta Yohannes Haile-Selassie, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Cleveland. Es posible que Suwa y sus colegas recojan más fósiles que apoyen la teoría de una división evolutiva anterior entre simios y humanos, agregó Haile-Selassie. «Sólo es cuestión de una labor más dedicada y de invertir mucho tiempo y energía en la búsqueda de esos diminutos fósiles».
Mejores herramientas
La especie de simio que aquí nos ocupa es la más reciente en una serie de nuevos hallazgos fósiles ocurridos en África Oriental en los últimos meses. En julio, un grupo de investigadores descubrió una mandíbula de aproximadamente 3.5 millones de años de antigüedad en Etiopía, la cual permite cerrar la brecha entre dos antepasados humanos.
Y a principios de agosto, otro grupo de investigadores en Kenia encontró fósiles que sugieren que dos antepasados humanos, conocidos como Homo habilis y Homo erectus (que hasta hace poco se creía que habían vivido en épocas distintas) coexistieron durante medio millón de años.
Los investigadores afirman que sus hallazgos son resultado de la casualidad y también de las técnicas mejoradas para la búsqueda de fósiles, aunadas a un mayor acceso a la región. «Antes dependíamos de la fotografía aérea, y ese tipo de cobertura era imposible en algunas áreas -comentó Asfaw-. Trabajábamos completamente a ciegas».