En abril de 2009 se descubrió, en los densos bosques tropicales de Nicaragua, un centro ceremonial prehispánico con más de 40 esculturas humanas de tamaño real
Si el conocimiento arqueológico sobre la época prehispánica es fragmentario en los países de América Central, en la mayor parte de Nicaragua es prácticamente inexistente. Pero esta realidad empieza a cambiar.
Aún se desconoce la cantera de donde provienen los materiales de las figuras talladas de mujeres y hombres, adornados con cintas en la cabeza y armas en las manos encontrados en ese país de Centroamérica.
En muchos aspectos se trata de un descubrimiento único, financiado por National Geographic Society y Waitt Foundation. «Las estatuas pertenecen a uno de los mayores grupos de esculturas de América, del cual casi no sabemos nada», dice con honestidad Alexander Geurds, arqueólogo de la Universidad de Leiden, en Holanda, autor del hallazgo.
Las 40 figuras descubiertas en la comunidad de El Ayote no han sido datadas por medio de radiocarbono, así que todavía no se puede dictaminar a qué cultura pertenecieron. Todos los monolitos documentados con anterioridad se encuentran en colecciones de museos con poca o ninguna información sobre su procedenci
Durante siglos, en toda América y el resto del mundo las esculturas de piedra han sido objetos valuados por los saqueadores, hecho particularmente evidente en Nicaragua, donde es paradójico que estos objetos monumentales no hayan recibido mucha atención. Después de un largo silencio, las estatuas comenzarán a revelar sus secretos.