¿Podría un céntimo arrojado desde lo alto de un edificio matar a una persona?
Seguro algún metropolitano se habrá preocupado en algún momento de sus andanzas urbanas de que un objeto le caiga desde la cima de un balcón, ventana, o en el peor de los casos, la azotea.
Enfoquémonos a un céntimo arrojado desde lo alto de un rascacielos. Puedes relajarte en esto. Por facto, es extremadamente difícil convertir un céntimo en un arma letal, aún soltándolo desde las barricadas en la cima del Empire State. Incluso, desde esa distancia la moneda encontraría mucha fricción en su caída, además de que su constitución plana no provocaría grandes daños.
«Si te llegara a pegar, se sentiría como un capirotazo en la frente» dijo Louis Bloomfield a Scientific American, físico en la Universidad de Virginia. Y es que Bloomfield ha hecho recientemente estudios en un túnel de viento para replicar la caída de un penny (un centavo de dólar americano), ¡sobre él mismo! En su experimento, cuando el céntimo le impactó, no sintió dolor.
Es una creencia popular pensar que un centavo arrojado desde muy alto, sometido a la fuerza gravitacional, agarraría tal aceleración que supondría un impacto muy violento. Esto ocurriría si el ambiente fuera un vacío que no friccionara el desplazamiento de la moneda. Pero mientras las cosas sigan como están, las colisiones con las moléculas del aire disminuirán la velocidad de una moneda cayendo.
Se llama fuerza de arrastre, la resistencia del aire se opone al movimiento de caída, actuando como una fuerza opositora de la gravedad.
Esto quiere decir que entre más rápido caiga la moneda, más experimentará la resistencia del aire, incrementándose por su ligereza. Según Bloomfield, si la moneda se arrojara desde la cima del Empire State, agarraría su velocidad máxima después de los 15 metros, punto en el cual el objeto no rebasaría los 40 kilómetros por hora.
Si no hubiera aire, un céntimo que cae tendría una aceleración que resultaría en una velocidad de 335 kilómetros por hora al momento de llegar a tu cabeza. A esa velocidad, sí dañaría tu cráneo, aunque no lo perforaría.
«Un centavo es realmente nada» alega Bloomfield. «No es un objeto muy compacto. No te perforaría muy bien».
Pero eso no significa que no exista un peligro. Un bolígrafo de punta redonda que cae desde un rascacielos es la verdadera amenaza. Si a alguien le llegara a caer un bolígrafo arrojado desde la cima del Empire State, probablemente lo mataría.
Debido a la estructura de un bolígrafo de punta redonda, su punta actúa como una punta de avión, desplazando la fricción por los lados y encontrando una mayor aceleración de 330 kilómetros por hora. Al impactar en un área tan reducida como lo es su pico, pero con una fuerza tal, se incrustaría en la banqueta.
«No querrías que le pegara a tu cabeza», apuntó Bloomflied.