Europa, la luna de Júpiter, permanece un objetivo ideal para futuras misiones espaciales ya que contiene un océano congelado con las posibles condiciones para albergar vida
Europa, la luna de Júpiter, permanece un objetivo ideal para futuras misiones espaciales ya que contiene un océano congelado con las posibles condiciones para albergar vida. Obstáculos como la falta de presupuesto y tecnología han impedido explorar la superficie lunar. Ahora, se suma un nuevo reto: gigantes picos de hielo que amenazan cualquier intento de aterrizar.
El científico Daniel Hobley de la Universidad de Colorado presentó en la 44ª Conferencia Científica Lunar y Planetaria en Texas su hipótesis. Se debe considerar al planear un viaje a Europa la formación de cuchillas congeladas de hasta 10 metros de largo llamados penitentes.
En la Tierra, este fenómeno se presenta en regiones de gran altitud como los andes. Se trata de nieve o hielo endurecido en forma de aspas muy próximas entre sí. Se denominan penitentes debido a la similitud con los capirotes que se portan en Semana Santa durante las procesiones religiosas en España.
Europa tiene las condiciones ideales para que se formen estos gélidos sables. El aire seco y frío permite al hielo sublimarse, es decir, saltar de sólido a vapor sin pasar por una fase líquida. Además, la luz del sol cae en línea recta sobre la superficie creando las extrañas figuras.
Sirviéndose del ángulo del sol, el equipo de Hobley pudo calcular la temperatura superficial de Europa, lo que les permite suponer que los penitentes se concentran, a manera de cinturón, a una latitud de entre 15 y 20 grados sobre el ecuador. Con una profundidad de 5 metros, los picos dificultan pisar la superficie lunar.
Para saber qué es lo que contiene el mar de Europa, lo ideal sería tomar algunas muestras. La comunidad científica anticipa el envío de una nave que, tomando en cuenta esta nueva información, pueda llegar a la luna de Júpiter y examinar sus aguas heladas.