Después de casi 30 años de servicio, los trasbordadores se dirigen a la última frontera: la jubilación.
Fotografía: El Discovery es desmantelado para ser limpiado a fondo en el Centro Espacial Kennedy, de Florida, antes de irse al sitio donde será exhibido en Virginia.
Muchos museos en Estados Unidos han solicitado llevarse uno a casa. Cuando terminó el programa Apollo, el Smithsonian tuvo derecho a ser el primero en solicitar los artefactos sobrantes de la NASA, desde pañales para astronauta hasta alunizadores.
Pero para los trasbordadores, la NASA creó una propuesta especial. Los museos que quisieran un orbitador podrían solicitarlo, pero debían especificar cómo se exhibiría el vehículo, cómo «inspiraría al público» y, lo más importante, cómo obtendrían los 28.8 millones de dólares necesarios para limpieza y transporte.
Como resultado, el California Science Center será uno de los cuatro museos que tengan un trasbordador (mapa abajo): se tiene programado que el Endeavour llegue a Los Ángeles en 2012. «Tenemos el honor de ser responsables de algo que es parte de nuestro patrimonio nacional -dice el curador del museo de ciencias aeroespaciales, Kenneth E. Phillips-. Es una sensación abrumadora».