El terremoto de Haití fue un recordatorio: miles de millones de personas viven en casas que no resisten temblores. Pero se pueden construir casas seguras con poco dinero ?con paja, adobe, llantas viejas? aplicando algunos principios generales.
Casas seguras
El terremoto de Haití fue un recordatorio: miles de millones de personas viven en casas que no resisten temblores. Pero se pueden construir casas seguras con poco dinero ?con paja, adobe, llantas viejas? aplicando algunos principios generales.
En Los Ángeles, Tokio y otras ciudades ricas asentadas en zonas de fallas, el costo adicional por construir edificios resistentes a los terremotos se ha convertido en algo inherente. Por ejemplo, las paredes de concreto se refuerzan con acero y algunos edificios tienen incluso amortiguadores sofisticados.
Gracias a los estrictos códigos de construcción, miles de vidas se salvaron cuando un terremoto de 8.8 grados azotó Chile en febrero pasado.
Pero en países menos desarrollados, como Haití, donde un poderoso temblor en enero mató alrededor de 222?500 personas y dejó a millones sin hogar, la ingeniería convencional contra terremotos es a menudo incosteable .
«La devastación de Haití no ocurriría en un país desarrollado», dice el ingeniero Marcial Blondet, de la Universidad Católica de Perú, en Lima. No debería ocurrir en ningún lugar. Existen soluciones baratas.
Blondet ha trabajado en sus ideas desde 1970, cuando un terremoto en Perú mató a 70?000 personas o más, muchas de las cuales murieron al derrumbarse sus casas.
Las pesadas y quebradizas paredes de adobe tradicional ?un ladrillo barato que se seca al sol? se agrietaron al instante, cuando el suelo empezó a moverse. Las sacudidas que siguieron derrumbaron los techos.
El equipo de investigación de Blondet ha descubierto que las paredes de adobe se pueden reforzar con una fuerte malla de plástico que se coloca bajo el yeso; en un temblor, esas paredes se agrietan pero no colapsan, permitiendo que los ocupantes escapen.
«Tienes que reconstruir tu casa, pero no entierras a nadie», dice Blondet. La malla de plástico también podría servir para reforzar paredes de concreto en Haití y dondequiera.
Muchas de las zonas donde es probable que ocurran los terremotos más intensos están en países subdesarrollados. La violenta sacudida de la Tierra no es lo que cobra el mayor número de víctimas, sino el colapso de los edificios mal construidos.
Otros ingenieros trabajan en métodos que emplean materiales locales. En India, los investigadores han probado con éxito una casa de concreto reforzado con bambú.
Un modelo de casa en Indonesia se asienta sobre amortiguadores del movimiento del suelo diseñados por John van de Lindt, de la Universidad Estatal de Colorado: llantas viejas llenas de bolsas de arena.
Una casa de este tipo tendría sólo un tercio de la resistencia de una casa con amortiguadores más sofisticados, pero también costaría mucho menos y, por lo tanto, sería más factible que la construyan en Indonesia.
«Como ingeniero te preguntas: ¿qué nivel de seguridad necesito? -dice Van de Lindt-. Luego examinas lo que tienes a la mano y encuentras una solución intermedia». En el norte de Pakistán la paja está disponible.
Las casas tradicionales se construyen con piedra y lodo, pero la paja es mucho más elástica y también más caliente en el invierno, dice la ingeniera californiana Darcey Donovan.
Ella y sus colegas empezaron a construir casas con pacas de paja en Pakistán después del terremoto de 2005; hasta ahora han terminado 17. La crudeza de este contraste impera en otras zonas de fallas: ideas alentadoras, progreso desalentador.
A veces hasta las ideas baratas son demasiado caras. Desde 2007, alrededor de 2?500 casas en Perú se han reforzado con malla de plástico u otros materiales, y hay 700 más programadas para este año.
Así que todavía faltan millones de casas y miles de millones de dólares tan sólo en Perú, por no hablar de otros países. «Hay muchos millones de casas en el mundo -dice Blondet- que se derrumbarán en el siguiente terremoto». -Chris Carroll