Un grupo de matemáticos, incluido Allan Greenleaf de la Universidad de Rochester, ha pensado recientemente cómo construir tal artefacto.
Un grupo de matemáticos, incluido Allan Greenleaf de la Universidad de Rochester, ha pensado recientemente cómo construir tal artefacto. No se trata de lo que comúnmente se conoce como «hoyo de gusano» (una curva teórica en el espacio-tiempo que puede servir como atajo para viajar grandes distancias).
En lugar de esto, una vez entrando por uno de los lados de este túnel, el objeto sería electromagnéticamente invisible a la observación externa hasta que emergiera al otro lado, dice Greenleaf. Este túnel cobraría estas propiedades mediante una cubierta de «metamateriales«, un tipo experimental de sustancias artificiales con propiedades únicas, como la de curvar la luz de maneras nunca antes vistas.
Los científicos de hecho ya están poniendo en práctica este sistema. En Duke University, por ejemplo, los investigadores a cargo de David Smith demostraron con éxito que un escudo de metamateriales de 13 centímetros de ancho se volvían «invisibles», aunque esto por el momento solo funciona en dos dimensiones y en frecuencias de microondas.
Para extender estas propiedades a tres dimensiones, Greenleaf propone la construcción de un artefacto que parece la manija de una puerta: dos esferas de metamateriales se hacen unir en un cilindro. «Las ondas solo podrían entrar en el túnel por los extremos», dice Greenleaf.
Quizás difícil de entender, pero las aplicaciones prácticas podrían incluir, en breve, su utilización para disminuir los campos magnéticos producidos por ciertos instrumentos quirúrgicos durante las operaciones. También, para detectar cosas que «no se ven», como fisuras en las alas de los aviones.