Este nuevo tipo de estufas no sólo salvarán vidas sino que mejorarán cultivos
Cerca de 3.5 millones de personas mueren cada año a consecuencia de enfermedades respiratorias ocasionadas por el humo de los fogones. Las fumarolas altamente tóxicas cobran más vida incluso que la malaria y el SIDA juntos. Se estima que 3 mil millones de personas alrededor del mundo dependen de este sistema letal para cocinar.
Estufas más eficientes de «quema limpia» podrían no sólo poner fin a esta epidemia, sino que, al producir «biochar» (obtenido de la carbonización de la biomasa), volverse un gran atributo para las comunidades rurales.
Organizaciones de ayuda humanitaria como SeaChar y African Christians Organization Network (ACON) han trabajado en la elaboración y distribución de estas estufas así como en la instrucción del uso de «biochar» en distintas comunidades, principalmente en África y América Latina.
Producidas a un costo muy bajo, estas estufas se componen de materiales locales como latas y cubetas. Liberan 87% menos monóxido de carbono que los fogones y reducen en un 92% las emisiones materiales, por lo que sus fumarolas no son dañinas a la salud.
Además, representan un ahorro de tiempo y dinero, ya que no se necesita madera para quemar. Los escombros del jardín, el excremento animal seco, las cáscaras y demás restos orgánicos funcionan como combustible. De los restos quemados se obtiene el «biochar» el cual además de servir como fertilizante ayuda a pelear contra el calentamiento global.
Lo que de otra manera serían gases invernadero se entierra en forma de «biochar», mejorando la calidad de la tierra y la producción de los cultivos. Se estima que para el 2050, el uso de ?biochar? ahorrará anualmente 2.2 gigatoneladas de carbón.