Esta peculiar especie debe cuidarse del sol para sobrevivir, y también del ser humano, su único depredador.
Los científicos pesan a una tortuga como parte de una investigación para reunir datos sobre la población de Aldabra.
Las tortugas intentan refugiarse del sol. Si permanecen demasiado tiempo en el calor, pueden cocinarse dentro de sus caparazones.
La población de tortugas de Aldabra se ha recuperado en el último siglo, de unos pocos miles a más de 100,000 en la actualidad.
Las tortugas de Aldabra se aparean a menudo. Cada hembra puede poner hasta 25 huevos, y la mortalidad de las crías es baja.
Las tortugas buscan sombra durante el día.
Como el ser humano es su único depredador, las tortugas pueden dormir seguras con el cuello expuesto de esta manera.