Siendo la gente cada vez más longeva, ¿Cómo será el mundo lleno de personas mayores?
En la edad media, una persona de 30 años era considerada un anciano. Conforme pasa el tiempo, la esperanza de vida ha ido aumentando. En el siglo XIX era de 40 años, en el siglo XX alcanzó los 55 años y actualmente está en un promedio de 67 años a nivel mundial. Siendo la gente cada vez más longeva, ¿Cómo será el mundo lleno de personas mayores?
Los avances en la ciencia y la medicina aseguran no sólo una vida más larga, sino sana. Los ancianos no necesariamente son decrépitos sino que siguen siendo miembros activos de la sociedad. Ante esta realidad, algunos temen una futura gerontocracia, una élite mayor aferrada a su riqueza y poder, que deje a un lado la juventud. No obstante, el sociólogo futurista James Hughes de la Universidad Trinidad en Connecticut afirma no hay nada que temer.
Desde la antigua Grecia hasta nuestros días, la gente mayor tiende a ocupar puestos de poder en la sociedad. Miembros del senado, políticos y líderes religiosos (como en el caso de la Iglesia Católica), entre otros, suelen estar adentrados en el invierno de sus vidas. Sin necesidad de retirarse, no hay razón por la que quieran hacerlo. ¿Qué sucederá con la juventud?
Surgen preocupaciones sobre inequidad social y marginalización de los jóvenes quienes ya tienen dificultades al ingresar al mundo laboral. Actualmente, la taza de desempleo juvenil en America Latina y el Caribe equivale al 14.4% según la Organización Internacional del Trabajo.
Característicamente conservadores, un mundo regido por personas de la tercera edad podría ser retrograda y con aversión al riesgo. Sin lugar para nuevas ideologías, se podría poner un alto a la vanguardia, la experimentación científica y las reformas culturales y sociales.
No obstante, Hughes asegura no habrá mayor inequidad social que la presenciada ahora. No habrá un antagonismo generacional, sino un sistema social mas equitativo, inclusivo e universal pues no se discriminará por edad. Temas como derechos a minorías han demostrado que la edad no es una barrera para cambiar de opinión y evolucionar en cuanto a valores e ideología.
Además, sugiere que un mundo más maduro será más sereno y civilizado, pues las personas mayores son menos propensas a la violencia. Quizás una mayor población de gente de la tercera edad sea benéfico para la sociedad.