Un devoto hindú lleva pequeños recipientes de leche como piercings, o perforaciones, en la espalda mientras peregrina hacia un templo en las cuevas Batu.
Kuala Lumpur, Malasia Un devoto hindú lleva pequeños recipientes de leche como piercings, o perforaciones, en la espalda mientras peregrina hacia un templo en las cuevas Batu, justo afuera de la ciudad capital de Kuala Lumpur, para el festival anual de Thaipusam.
Quienes participan en el festival creen que el dolor complacerá a los dioses y, por tanto, es un medio de prevenir el mal o de agradecer a las deidades por una reciente buena fortuna. El viaje al templo es la culminación de meses de ayuno y abstinencia que honran a la diosa Pavarthi por regalarle a su hijo una lanza invisible para destruir demonios.
Los devotos se adornan con piercings, cargan objetos pesados, o se afeitan la cabeza antes de subir los 272 escalones del templo como una forma de penitencia. El Thaipusam está oficialmente prohibido en la India, pero millones de hindúes indios étnicos todavía celebran en Malasia, Singapur y Mauricio, según el Sydney Morning Herald. Este año marca la primera vez que el festival se ha reconocido como fiesta nacional en Malasia.