Una niña de 11 años, reverenciada como una diosa viviente en Nepal, se ha retirado anticipadamente: menos de un año después de que desató una controversia al romper la tradición y viajar al extranjero, dijeron los oficiales el lunes.
Se dice que Sajani Shakya ya ha alcanzado la madurez
Una niña de 11 años, reverenciada como una diosa viviente en Nepal, se ha retirado anticipadamente: menos de un año después de que desató una controversia al romper la tradición y viajar al extranjero, dijeron los oficiales el lunes.
Sajani Shakya se consideraba entre las tres «kumaris«, o diosas vivientes, más importantes de Nepal. Jaiprasad Regmi, jefe del fideicomiso gubernamental que administra los asuntos de las diosas vivientes, dijo que Sajani será reemplazada porque «había alcanzado la madurez» y que la decisión no tenía nada que ver con el escándalo del año pasado.
«Ya hemos iniciado el proceso de buscar una nueva kumari«, aseguró. A Sajani le quitaron temporalmente su estatus reverenciado el pasado julio cuando viajó a Estados Unidos para promover un documental acerca de la tradición milenaria de Nepal de diosas vivientes.
Los oficiales le retiraron el título mientras permanecía en el extranjero a causa de la tradición que mantiene que las diosas vivientes no abandonan la tierra natal. El apoyo popular a Sajani aparentemente obligó a los oficiales a revocar la decisión y restaurarla. A su regreso en Nepal, Sajani fue recibida por cientos de sus simpatizantes y seguidores, quienes la llevaron al templo donde es adorada y celebraron una breve ceremonia para darle la bienvenida.
Diosas vivientes
Seleccionadas cuando son pequeñas, las diosas vivientes usualmente mantienen sus puestos hasta que alcanzan la pubertad, lo que significa que Sajani, a la edad de 11, se retira ligeramente temprano. La familia de Sajani quería que formara parte de otro ritual que se lleva a cabo para todas las niñas de la comunidad étnica Newar, a la que pertenece, explicó Regmi.
Ella no podía tomar parte en la ceremonia mientras siguiera siendo una diosa viviente. Las diosas vivientes son adoradas tanto por hindúes como por budistas. Las niñas son seleccionadas entre las edades de dos y cuatro años después de someterlas a varios exámenes.
Tienen que tener piel, pelo, ojos y dientes perfectos y no deben tener cicatrices y temerle a la oscuridad. Los devotos tocan los pies de las niñas con sus frentes, la más alta señal de respeto entre hindúes en Nepal. Durante los festivales religiosos, las niñas son paseadas en un carro jalado por los devotos.