Se demuestra que pinturas rupestres no fueron hechas por humanos anatómicamente modernos
En una cueva al noroeste de España, llamada El Castillo, los artistas primigenios decoraron paredes y monolitos con docenas de representaciones de manos humanas.
Casi es claro que hicieron las imágenes al colocar la palma de sus manos sobre la pared para después soplar un pigmento rojo en ellas, creando una especie de esténcil.
Las manos de esténcil son muy comunes en cavernas con pinturas rupestres de España y Francia, y han sido consideradas producto de humanos anatómicamente modernos.
Pero un nuevo análisis de edad de pinturas del El Castillo y otras cuevas españolas muestran que algunas de estas pictografías son más antiguas de lo que se pensaba.
En algunos casos son tan viejas que debieron ser obra de nuestros primos, los neandertales.
Determinar la edad de las cuevas de pinturas rupestres, desde las manos en el Panel de las Manos de El Castillo hasta los mamuts y otras bestias de la era del hielo que adornan paredes de Chauvet, Francia, ha sido algo difícil de hacer.
Los científicos pueden evaluar la antigüedad de huesos de humanos y animales con toda seguridad, usando técnicas como la datación por radiocarbono.
Pero las capas delgadas de pigmento encontradas en las cuevas no suelen contener carbono para poder hacer una aproximación, dejando a los arqueólogos sólo una estimación para determinar la edad del arte rupestre, basándose en su estilo o su asociación aparente de elementos de la época.
Ahora investigadores publicaron un artículo el 15 de junio en el sitio de Science, que avances recientes con otra técnica radiométrica, llamada datación uranio-torio, les ha permitido evitar los problemas del radiocarbono para determinar la edad próxima de las pinturas.
El método de datación, que se basa en la periódica desintegración radioactiva del uranio, ha existido por décadas. Pero científicos la redefinieron recientemente para poder aplicarla a muestras lo suficientemente pequeñas para obtener resultados precisos.
Los arqueólogos Alistair Pike, de la Universidad Bristol de Inglaterra, y Joao Zilhao de la universidad de Barcelona, junto con toros colegas, usaron la técnica uranio-torio para fechar 50 pinturas y grabados de 11 cuevas en Asturias y Cantabria.
Los investigadores colectaron muestras de cortezas delgadas de calcio carbonatado que se formó encima de las imágenes con el mismo proceso que genera estalactitas y estalagmitas.
Al analizar la cantidad de torio en una muestra, usando un espectrómetro de masa, los especialistas pudieron determinar cuánto tiempo pasó desde la formación de la corteza, proporcionando así una edad mínima de las imágenes en cuestión.
Más aún, algunas de las pictografías fueron significantemente más antiguas de lo esperado.
Los expertos creían que las representaciones de las cuevas españolas eran mucho mas jóvenes que las francesas. Pero los nuevos resultados revelan que una de las imágenes de El Castillo es de, por lo menos, 40 mil 800 años de antigüedad.
Esto la hace 4 mil años más viejas que las pinturas del Chauvet, que antes se creía eran las más viejas del mundo.
Otras pinturas españolas que el estudio identificó incluyeron un esténcil de mano del Panel de las Manos que data de 37 mil 300 años antes, y el símbolo de un garrote de la famosa cueva Altamira data, como mínimo, de hace 35 mil 600 años.
Los hallazgos implican cuestionamientos importantes detrás de estas pinturas antiguas. Los investigadores saben que los humanos anatómicamente modernos arribaron Europa Occidental hace cerca de 41 mil 500 años.
Pero hace 42 mil años, los únicos humanos en Europa eran los neandertales. Zilhao dijo en una rueda de prensa que cualquier pintura mas antigua a los 42 mil años, necesariamente debe ser atribuida a los neandertales.