Desde su inicio en 1961, el número de voluntarios ha fluctuado. Los funcionarios dicen que los cambios en las prioridades presupuestales del Congreso son la razón principal.
Hace 50 años, 51 estadounidenses llegaron a Ghana para «promover la paz y amistad mundiales». Desde entonces, más de 200 000 voluntarios -de entre 18 y 86 años, algunos ahora diplomáticos y políticos- han servido en 139 países. Pero el Cuerpo de Paz no busca fama ni es una historia de números; es un signo de los tiempos.
El historiador Stanley Meisler dice que la participación disminuyó cuando la era Nixon-Vietnam «le quitó prestigio a hacer algo por Estados Unidos». Cuando los recuerdos se desvanecieron, regresó el interés por el servicio. Ahora, en el aniversario de oro del grupo, el apoyo de la Oficina Oval y los males de la recesión aumentan el alistamiento.
Lo siguiente, dice el director Aaron S. Williams: ayudar a Haití, seguir empoderando a las mujeres, mejorar la seguridad alimentaria. ¿Competencia por reclutas? No hay problema. «El pastel del servicio crece -dice- y nosotros nos vamos a quedar con una rebanada más grande».