Los continuos enfrentamientos armados en la República Democrática del Congo aquejan al Parque Nacional de Virunga, uno de los últimos hogares del gorila de montaña, especie en peligro de extinción.
Los continuos enfrentamientos armados en la República Democrática del Congo aquejan al Parque Nacional de Virunga, uno de los últimos hogares del gorila de montaña, especie en peligro de extinción. El domingo, los rebeldes leales al renegado general Laurent Nkunda -quien permanece en combate contra las fuerzas militares del Congo desde el 3 de septiembre- tomó el control del sector del parque donde están los gorilas.
El conflicto ha incrementado la preocupación por la seguridad de los amenazados gorilas de montaña, quienes se encuentran desprotegidos desde hace más de un mes, cuando los enfrentamientos obligaron a los guardabosques a abandonar el parque.
Actualmente, la lucha entre los rebeldes y la armada congolesa se intensificó cerca de Bukima, la principal estación de monitoreo de esta especie en el parque. Según Norbert Mushenzi, director del sector de gorilas de Virunga por el Instituto Congolés para la Conservación de la Naturaleza, los guardabosques también escucharon un intenso intercambio de disparos cerca de los cuarteles principales del parque, en Rumangabo. «Los guardabosques y los habitantes huyen del parque y los gorilas de montaña están totalmente desprotegidos -dice Mushenzi-. Esta situación es precaria y frustrante».
Rebeldes contra guardabosques
En el mundo quedan aproximadamente 700 gorilas de montaña en estado salvaje, unos 380 viven en la Zona de Conservación de los Volcanes de Virunga que comparten la República Democrática del Congo, Rwanda y Uganda. De esta cantidad, cerca de 120 se encuentran en el Congo.
Pero los guardabosques sólo han podido rastrear una familia de gorilas desde que comenzó el conflicto. Hasta la semana pasada la situación parecía tranquila, y los guardabosques tenían la esperanza de entrar nuevamente al sector a rastrear a los animales.
Pero el pasado viernes, los guardias que se encontraban dentro del parque tuvieron que huir cuando, supuestamente, los rebeldes intentaron forzarlos a convertirse en combatientes. El líder Nkunda, que pertenece a los tuti, sostiene que el gobierno colabora con los rebeldes hutu escondidos en el Congo que participaron en el genocidio contra su grupo étnico en Rwanda, en 1994.
El 3 de septiembre, los rebeldes rodearon dos estaciones de los guardabosques dentro de Virunga. Los hombres se apoderaron de rifles y dispositivos de comunicación y forzaron a los trabajadores del parque y a sus familias a evacuar. Los conservacionistas dicen que desde entonces, los rebeldes han consolidado su estadía en el lugar.
«El ejército parece estarse debilitando, lo cual no es un buen augurio para el sector de los gorilas en lo absoluto», dice Samantha Newport, una vocera de WildlifeDirect, un grupo conservacionista que apoya a los guardabosques del Congo.
Luchando por el control
Los conservacionistas aseguran que para los rebeldes es importante apoderarse del parque. «El sector en donde se encuentran los gorilas es un punto estratégico en este conflicto. Los rebeldes quieren controlarlo y tener acceso a los países vecinos para reabastecerse de materiales y equipo -dice Emmanuel de Merode, cabeza de Wildlife Direct-. Los gorilas de la montaña están justo en medio».
Al menos 10 ejemplares han sido aniquilados en Virunga este año, y algunas de las muertes han sido imputadas a los rebeldes. El peor ataque ocurrió el 22 de julio, cuando cinco gorilas fueron ejecutados a disparos; el ataque fue vinculado al incipiente comercio de carbón en el parque.
En septiembre, una hembra de corta edad fue hallada en manos de supuestos traficantes que ahora enfrentan un proceso judicial en la ciudad de Goma, en el sur de Virunga. Newport dijo que existe una fuerte posibilidad de que los rebeldes interrumpan el paso en el camino entre Goma y los cuarteles del parque en Rumangabo; en consecuencia, los guardabosques quedarían totalmente incomunicados.