Los primeros habitantes de Hawai construyeron estructuras sagradas llamadas heiau en el Valle Kalalau.
Los lugares sagrados de la costa de Na Pali
Los primeros habitantes de Hawai construyeron estructuras sagradas llamadas heiau en el Valle Kalalau, lugar habitado sin interrupción por más de 6 siglos. En Nu?alolo Kai, un significativo sitio arqueológico, pueden encontrarse murallas de piedra, plataformas ceremoniales, restos de casas, refugios para canoas y muchas tumbas.
Según los hawaianos, el significado de mana, o poder espiritual infundido por los dioses y los ancestros, es poderoso particularmente ahí. «Los heiau eran lugares para rendir tributo y comunicarse con varios dioses.
En casi todos los casos incluían una estructura de construcción, algunos sólo tenían una piedra y otros eran santuarios o templos de tamaño natural; el tamaño era determinado por la clase, el género y la familia ?según dice Alan Carpenter, un arqueólogo de la división de parques estatales de Hawai?.
Eran lugares venerados y también requerían de sacrificios». Aproximadamente 100 personas, en su mayoría plebeyos, habitaron en Nu?alolo Kai. Cultivaban los campos de taro, recogían mariscos y recolectaban corales de los arrecifes de coral para dar forma a sus huesos y desenvainar sus anzuelos.
En el arrecife habían peces timón, peces unicornio y peces loro. Crudos y cocinados, los erizos eran muy populares y sus gónadas eran utilizadas para condimentar el pesacado, el poi o taro preparado y las batatas. Las ceremonias eran celebradas con ?awa, una bebida para rituales conocida como kava, mientras que los bailarines de hula cantaban y pulsaban al ritmo de los tambores.
Los jóvenes arrojaban ardientes trozos de madera al risco de Kamaile. Incluso el rey Kamehameha II realizo un viaje a la isla para presenciar las ceremonias. La razón por la que el sitio fue abandonado aún es poco clara, pero los hawaianos abandonaron permanentemente Nu?alolo Kai en 1919 para dirigirse a zonas más pobladas de la isla, incluyendo a Hanalei y Waimea.
Es posible que padecieran de las enfermedades de occidente, o que su sistema tradicional de comercio no pudiera sustentarlos por más tiempo.