En Bélgica se mide el calor de los edificios para saber cuanta energía escapa por sus techos.
El invierno pasado, un vuelo nocturno sobre Amberes, Bélgica, buscaba separar a los traviesos de los bien portados. Pero no era a los niños dormidos a quienes se juzgaba, sino los edificios que los albergaban. En 2009, esta y otras 20 municipalidades flamencas contrataron a la empresa de geoinformación Eurosense para crear una imagen aérea termográfica que mostrara cuánto calor escapaba a través de los techos de la ciudad.
Un edificio mal aislado puede perder hasta 30% de su energía total. En esta imagen, los edificios menos eficientes y las calles de la ciudad resplandecen con un rojo brillante. Los edificios nuevos, más sustentables -a menudo aislados con materiales como espuma de poliuretano en aerosol o lana mineral- aparecen en un color más frío, azul o verde.
Pero para tener la imagen completa, hay que visitar el sitio zoominopuwdak.antwerpen.be que permite que los residentes introduzcan su dirección para saber cómo le fue a su edificio, así como qué préstamos y apoyos gubernamentales están disponibles para quienes desean mejorar la eficiencia energética de su hogar.
En la actualidad, otras ciudades de Bélgica, al igual que cinco de Francia y una de Alemania, están siguiendo el ejemplo de Amberes, una señal de que, en algunas partes de Europa, las entregas de carbón estarán a la baja en diciembre.