Los jóvenes que bailan a este ritmo muestran patrones de comportamiento muy parecidos a las de algunas partículas
Para el ojo poco entrenado, un concierto de Heavy metal puede parecer el caos total. Música violenta a todo volumen, los gritos del vocalista principal y un público que brinca, empuja y se estrella sin cesar. Sin embargo, para dos jóvenes investigadores, estos eventos son la clave para entender el comportamiento humano en situaciones extremas. Sirviéndose de la física, han encontrado un patrón constante dentro del aparente desorden.
Jesse Silverberg y Matt Bierbaum, estudiantes de la Universidad de Cornell y amantes del metal, han observado durante dos años múltiples conciertos basándose en teorías de movimiento colectivo y de las propiedades físicas del gas para hacer sentido del alboroto.
Encontraron dos maneras distintivas del baile metalero; quienes se encuentran más cercanos al escenario saltan, se avientan y chocan entre sí. Un comportamiento similar al de las partículas gaseosas, ya que al viajar en grupos también se aceleran y se golpean. Quienes rodean al grupo central bailan en un círculo rotativo, una conducta parecida al patrón vórtice de las partículas.
En base a sus observaciones, han creado un modelo computarizado interactivo capaz de representar el fenómeno. Modelos como éste, que permiten recrear numerosas acciones en cuestión de segundos, podrían ser utilizados en el diseño de espacios más seguros, ya que podrían predecir las reacciones humanas frente a situaciones de pánico. En lugares cerrados que contienen grandes masas, reduciría el riesgo de ser pisoteado o herido.