Realmente es sencillo: mientras se emita más bióxido de carbono de lo que la naturaleza puede absorber, la temperatura del planeta aumentará. Y ese carbono extra tarda mucho tiempo en ser drenado de la bañera.
La bañera de carbono
Realmente es sencillo: mientras se emita más bióxido de carbono de lo que la naturaleza puede absorber, la temperatura del planeta aumentará. Y ese carbono extra tarda mucho tiempo en ser drenado de la bañera. Un defecto humano fundamental, dice John Sterman, impide las acciones contra el calentamiento global.
Sterman no se refiere a la ambición, el egoísmo u otro vicio, sino de una limitación cognitiva, «un problema importante y dominante en el razonamiento humano» que él mismo ha documentado en estudios realizados a alumnos de posgrado del MIT Sloan School of Managment. Sterman imparte dinámica de sistemas y comenta que sus alumnos, a pesar de ser brillantes y diestros en cálculo, carecen de una comprensión intuitiva de un sistema simple pero crucial: una bañera.
En particular, una tina con el agua corriendo y el drenaje abierto. El nivel del agua puede representar diversas cifras en el mundo moderno. El nivel de bióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra es una de ellas. El grosor de la cintura de una persona o la deuda en tarjetas de crédito -problemas también extendidos recientemente- son otras dos.
En los tres casos anteriores, el nivel de la tina disminuye sólo cuando se drena el agua más rápido de lo que cae de la llave; por ejemplo, cuando se queman más calorías de las que se consumen o se liquidan los cargos antes de incurrir en nuevos. Plantas, océanos y rocas drenan carbono de la atmósfera pero, como lo explica el climatólogo David Archer en su libro The Long Thaw, esos drenajes son lentos.
Tomará siglos eliminar la mayor parte del CO2 que los humanos vertimos en la tina y cientos de miles más para eliminarlo del todo. Detener el incremento de los niveles de CO2 requerirá, por tanto, grandes recortes en las emisiones producidas por automóviles, plantas de energía eléctrica y fábricas, hasta que la afluencia ya no supere al drenaje.
La mayoría de los estudiantes de Sterman -y sus resultados se han repetido en otras universidades- no entendían esto, por lo menos no cuando se describía el problema en la jerga climática común. La mayoría pensaba que deteniendo el aumento de las emisiones se pararía el incremento de CO2 en la atmósfera, como si el agua corriendo constante pero rápidamente no desbordara a la larga la tina.
Si los estudiantes de posgrado del MIT no lo comprenden, la mayoría de políticos y votantes probablemente tampoco. «Y eso significa que piensan que estabilizar los gases invernadero y frenar el calentamiento es mas fácil de lo que en realidad es», dice Sterman. Para 2008, el nivel de CO2 en la tina era de 385 partes por millón (ppm) y aumentaba 2 o 3 ppm cada año.
Para detenerlo en 450 ppm -comenta Sterman-, un nivel que muchos científicos consideran peligrosamente alto, el mundo tendrá que reducir sus emisiones alrededor de 80% para 2050.
Dinámica de tina. Para experimentar con los efectos de distintos recortes de emisiones, visita The International Climate Change Simulation (en inglés)