La enfermedad rivaliza con epidemias tales como la malaria y el ébola.
La enfermedad rivaliza con epidemias tales como la malaria y el ébola
En la India, un brote de fiebre del dengue ha infectado a más de 5 700 personas y matado a 103 en las últimas siete semanas (cifras publicadas el 18 de octubre del presente año). El brote representa sólo una pequeña fracción de las 100 millones de infecciones que ocurren en el mundo cada año.
Aunque en algunas partes del planeta los brotes se mantenían bajo control, la enfermedad, transmitida por mosquitos, ha resurgido en las últimas décadas. Este hecho ha llevado a los científicos a equipararla, como amenaza global a la salud, con enfermedades mortales, tales como la malaria y el ébola.
«Como problema de salud pública, el dengue se encuentra en el nivel más alto», expuso Duane Gubler, director del Instituto Asiático-Pacífico de medicina tropical y enfermedades infecciosas, de la Universidad de Hawai, en Honolulu. «Si observamos las enfermedades vectoriales (aquellas que se transmiten por moscos y garrapatas), el dengue ocupa el segundo sitio, después de la malaria».
Es raro que la enfermedad por sí sola sea mortífera, pero una complicación seria, como la fiebre hemorrágica de dengue (FHD), es muy peligrosa. La FHD puede causar agrandamiento del hígado y fallas en el sistema circulatorio. Sin tratamiento, la FHD puede matar a 20 % de los pacientes contagiados.
Pero con el tratamiento médico adecuado, la tasa de mortalidad disminuye a 1 %. Por ello, mientras los pacientes se aglomeran en los hospitales al norte de la India, un brote en una región difícil de acceder para los servicios médicos puede consumir a un gran porcentaje de la comunidad.
«Si únicamente observamos la tasa de mortalidad del caso, aparentemente no es tan peligroso ?señaló Gubler?. Pero si comparamos el impacto total del dengue con el del ébola o la enfermedad de Marburg -afecciones mortíferas febriles y hemorrágicas que conforman un buen material para la prensa- ni siquiera están en la misma categoría. Para mí, relativamente no tienen importancia al compararlas con el dengue».
Viejo enemigo con nueva fuerza
El dengue, también llamado la fiebre «rompe huesos» por el dolor característico que produce en los músculos y articulaciones, se ha estudiado científicamente por más de 200 años. En las últimas décadas, los cuatro virus conocidos causantes de la enfermedad, -para los cuales no existen vacunas todavía-, se han vuelto más peligrosos y generalizados.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo nueve países habían reportado epidemias de FHD antes de 1970. Esa cifra ha aumentado en los últimos 35 años más de 400 %. El rápido crecimiento en el número de casos de dengue refleja la habilidad que tienen las enfermedades para dispersarse en un mundo globalizado.
Pero también el incremento del dengue refleja el crecimiento sin precedentes que han tenido las áreas urbanas y suburbanas, donde es más común la infección. El hábitat humano provee las condiciones ideales para la reproducción de los mosquitos tipo Aedes aegypti; propagadores de la enfermedad.
El agua estancada es un atractivo sitio de reproducción para los insectos. Y también el mal manejo de los desechos empeora la situación. «Actualmente la única forma de dominar la propagación del dengue es controlando a los moscos en áreas urbanas que cuentan con oficinas de medio ambiente», señaló Gubler.
La enfermedad no prevalece en países ricos, aún cuando en estos lugares igualmente hay mosquitos. Las casas con aire acondicionado y a prueba de insectos reducen el contacto con los que transmiten el dengue. Un mejor servicio médico también incrementa las posibilidades de recuperación.
Pero en muchas ciudades tropicales en desarrollo, los esfuerzos para prevenir la propagación de la enfermedad no son muy exitosos. Los gobiernos no cuentan con los recursos para ir de puerta en puerta protegiendo cada casa y eliminar las áreas de reproducción de los moscos. «Las personas tienen que empezar a reducir sus propias fuentes», dijo el entomólogo Jorge Arias, del Departamento de Salud de Fairfax County, Virginia.
Arias dirigía el programa contra el dengue de la Organización Panamericana de la Salud, de la ONU. «Lo que sucede ahora es que los programas gubernamentales no pueden manejar el problema, y son las personas quienes facilitan (involuntariamente) la reproducción de los mosquitos», agregó. Pero la enfermedad ha sido controlada exitosamente en otras ocasiones.
«Uno de los grandes éxitos en la historia del control de las enfermedades tropicales fue la eliminación de los nichos de reproducción de mosquitos en casi todos los lugares tropicales de América, entre los años cincuenta y sesenta. Eso contribuyó para dominar el dengue y la fiebre amarilla», explicó Gubler.
Esos programas fueron suspendidos en los setenta, y ahora el dengue regresó para cobrar venganza. «Es un clásico ejemplo de un fracaso del éxito. Básicamente, el programa fue tan exitoso que ninguna de esas enfermedades fue un problema de salud pública en los setenta, y por ello se abandonó el programa», concluyó Gubler.