Mientras las tensiones entre la Unión Europea y Rusia se calientan, el deshielo del Ártico promete avanzar con más potencia. Éstas son las repercusiones en el polo norte.
Recién estalló el conflicto entre documenta la AFP. Con expresión sombría, el mandatario ruso insistió que los habitantes de la nación que estaba invadiendo habían sido «engañados por la propaganda nacionalista«. Pero, dejando de lado el tema político, las acciones bélicas de Rusia ponen en jaque la seguridad y la vida del Ártico.
Tras ocupar las fronteras con más de 120 mil soldados, las tensiones de Rusia con Ucrania podrían tener reverberaciones que se extienden hasta el polo norte. Específicamente, según explica la reportera Chelsea Harvey para Scientific American, porque «siete de los ocho miembros del Consejo Ártico […] han acordado boicotear futuras reuniones«.
En estas juntas internacionales se abordan asuntos relativos a la extracción de petróleo en el Ártico que, además, es un pilar en la agenda climática mundial. A partir de la invasión rusa a territorio ucraniano, Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia han decidido pausar las acciones del Consejo del Ártico indefinidamente. Las consecuencias impactarán, severa y largamente, a los pueblos originarios y la biosfera de la región.
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A violencia, más CO2 en la atmósfera
El ataque de Rusia contra Ucrania implica que la seguridad del Ártico se vea comprometida. No sólo de la región como tal, sino de las personas y especies que la habitan. Esto es así porque, al pausar las acciones del Consejo del Ártico, la extracción de petróleo y la pesca industrial —entre otras actividades invasivas para el ecosistema— dejan de observarse con el mismo rigor.
Por esta razón, el Consejo del Ártico describió a la invasión rusa como «violación flagrante» de los principios de soberanía que lo rigen. Más aun en el contexto de la crisis climática: así como las tensiones entre la Unión Europea y Rusia se calientan, las alzas en las temperaturas del norte no se detienen.
Según registra Harvey, sólo el Ártico se calienta tres veces más rápido que el resto del planeta. Con ello, las especies nativas y los glaciares sufren repercusiones difícilmente reversibles, y la maquinaria pesada que perfora y destruye los glaciares para obtener petróleo contribuye. Sin embargo, como denuncia el Arctic Wildland Fire Ecology Mapping and Monitoring Project, la preocupación está en las toneladas de CO2 que emiten los incendios forestales de los bosques en el norte.
Contra Ucrania, los pueblos originarios polares y los refugios de la biosfera
Entre los incendios crecientes en el círculo polar ártico y las temporadas de deshielo cada vez más tempranas, la invasión rusa representa décadas de retraso en los acuerdos de cuidado a la región. En este contexto, las decisiones de expansión territorial de Putin no se limitan a las fronteras con Ucrania. Por el contrario, se extienden hasta los confines más lejanos del Ártico.
A pesar de las protestas civiles que se han realizado al interior de Europa, y la creciente preocupación de la comunidad científica por los proyectos de exploración espacial, Rusia no parece tener segundos miramientos con respecto al conflicto bélico. Conforme la guerra con Ucrania avanza, el deshielo del Ártico promete avanzar con más potencia.
Con todo lo anterior, el futuro de los glaciares, pueblos originarios y refugios de la biosfera está en vilo. Mientras Rusia decida continuar con su proyecto invasor en Ucrania, los intereses globales con respecto a la crisis climática estarán en pausa. Hasta ahora, de manera indefinida.
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