Es de las más grandes del planeta, padece altos niveles de contaminación, y recurre a una controversial medida.
(Este artículo fue actualizado el 6 de abril a las 16:36 horas)
La población con automóvil en la Ciudad de México enfrenta el reto de adaptarse a estar sin auto un día, o dos si los niveles de contaminación lo exigen.
El evento podría parecer insignificante para quienes suelen andar a pie o en transporte público, sin embargo, en la Ciudad de México hay una gran cantidad de personas acostumbradas a trasladarse únicamente en su vehículo propio.
Desde el 30 de marzo pasado, las autoridades de la ciudad anunciaron la medida histórica: Todos los autos de la urbe dejarían de circular un día de la semana, de abril a junio, sin importar si se trata de unidades nuevas de las que se dudaría que emiten una gran cantidad de contaminantes.
En la zona metropolitana del valle de México, como se le conoce al conjunto de la ciudad y decenas de municipios del vecino Estado de México, casi la mitad de la emisión de contaminantes es responsabilidad del transporte, tanto público como privado. El segundo grupo responsable de la contaminación es la industria, y posteriormente los hogares, por el uso de limpiadores, cosméticos y recubrimientos.
La restricción a la circulación es una medida que ha sido criticada por la población en redes sociales, que consideran injusto que su auto sea inmovilizado cuando el motor es verificado dos veces al año, previo pago, para garantizar que emite contaminantes dentro de estándares establecidos. Igualmente, los automovilistas consideran incómodo viajar en transporte público, porque las unidades suelen estár saturadas y es difícil abordarlas.
Entre los actores criticados constantemente con los cambios, se encuentra la compañía de transporte privado Uber, que elevó el precio de su servicio ante una mayor demanda de taxis.
Las autoridades del Medio Ambiente han argumentado que buscan proteger la salud de la población en la temporada seca-cálida y prevenir altas concentraciones de ozono en la atmósfera.
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?Para la presente temporada de ozono, que abarca los meses de febrero a junio, se pronostican escenarios de poca dispersión de contaminantes asociados a una alta radiación solar, intensa estabilidad atmosférica y poca humedad en el ambiente. Estos factores favorecen el aumento de episodios y duración de contingencias ambientales?, advirtió la Secretaría de Medio Ambiente en su anuncio de fines de marzo.
A mediados de marzo, la Ciudad de México padeció una contingencia que obligó a la aplicación de medidas urgentes.
Daños a la salud
La mala calidad del aire causa irritación de las vías respiratorias, y en altas concentraciones provoca broncoconstricción, bronquitis y traqueítis, mientras puede agravar enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
En el caso de las partículas suspendidas, éstas agravan el asma y las enfermedades cardiovasculares, mientras que la exposición crónica a altas concentraciones puede provocar un incremento en el riesgo de morbilidad y mortalidad.
El plomo causa retraso en el aprendizaje y alteraciones en la conducta., mientras que la exposición frecuente al monóxido de carbono puede provocar mareos, dolor de cabeza, nauseas, estados de inconsciencia e inclusive la muerte.
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