Las autoridades de la Ciudad de México colocan máquinas que alientan a los usuarios del transporte público a hacer ejercicio.
Las manos al frente, los pies separados, flexionar las piernas. Diez veces. Antes de subirse al Metrobús, una línea de transporte público en Ciudad de México, los pasajeros pueden ejercitarse en unas máquinas bautizadas "estaciones de la salud".
Nadie espera que de ahí salgan atletas de alto rendimiento. Las autoridades capitalinas han puesto en marcha esta iniciativa para motivar a los habitantes de la ciudad más grande de América Latina a abandonar el sedentarismo.
César Morales, un vendedor de 32 años, llega a prisa a la estación de Buenavista a las 09:40 de la mañana antes de ir al trabajo. Se quita el saco beige y hace las sentadillas bajo la mirada de una monitora.
No es la primera vez. Antes se había ejercitado en otras estaciones. "Ya lo empiezo a aguantar", bromea.
Las máquinas de ejercicio tienen una cámara infrarroja y detectan las sentadillas. El que completa las diez se lleva un premio: un podómetro, un aparatito del tamaño de un mini iPod que se cuelga a la cintura y cuenta los pasos al caminar.
En una pantalla aparecen consejos saludables por cada movimiento bien hecho. "¿Se te antojó una hamburguesa acompañada de papas a la francesa y un refresco? Estarías consumiendo 920 kcal. ¡Piénsalo y mejor muévete", dice un mensaje.
"El proyecto tiene como objetivo activar y educar a la población en la importancia de dejar las prácticas sedentarias, a través de un estímulo como recompensa", dice el coordinador de promoción a la salud de la Secretaría de Salud capitalina, Iván Loría. "Son diez sentadillas porque no queremos infartar a nadie".
Algunos se animan y se suben. Otros siguen de largo, se tropiezan con la máquina al pasar o miran con indiferencia mientras esperan en la fila para subirse a los autobuses rojos que llegan, uno tras otro, a recoger pasajeros en hora pico. "Llevo un poquito de prisa", justifica Martín Flores, de 44 años.
Las máquinas prestan servicio desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde. Hay unas 30 en las distintas estaciones del Metrobús, un autobús que circula por carriles especiales en las congestionadas avenidas de la capital.
Dos mujeres jóvenes llegan, dejan sus bolsas y entre risas se disponen a hacer las sentadillas. Una le toma fotos a la otra. Al terminar, la "estación de salud" emite un ticket que dice: "La actividad física contribuye al fortalecimiento de tu sistema óseo".
En la estación Insurgentes una pareja de novios se acerca. La chica duda, pero se sube a la máquina alentada por su pareja. Prueba una, dos, tres veces. Cae sentada al suelo sin mayores consecuencias.
"Me han tocado dos personas a las que se les rompió el pantalón", cuenta Sandra García, de 21 años, encargada de la estación de Buenavista. Las monitoras se encargan de invitar a la gente a participar y de cuidar que no haya un accidente.
"Hay gente que no puede hacer sentadillas por problemas de rodillas u obesidad, pero les damos otros ejercicios o consejos", relata Omar Cabos, activador físico.
"A muchos esto les cambia el estado de ánimo, se dan cuenta de su sedentarismo. Te dicen: ‘me cansé, me hace falta hacer más ejercicio".
En general en cada estación se detienen unas 50 personas por día. El proyecto por ahora está en fase piloto para evaluar la respuesta de la gente y posibilidades de financiamiento. Las máquinas son rentadas y hacen falta las recompensas para que el programa tenga éxito.
Los podómetros actuales fueron donados por Femsa, la empresa embotelladora de refrescos -señalados como corresponsables de la epidemia de obesidad en México-, y llevan un pequeño logotipo de una bebida energética.
En un inicio se había pensando colocar las máquinas en las estaciones del metro y dar a cambio un boleto para el sistema de transporte subterráneo. Por el momento esa idea ha quedado en suspenso por dificultades logísticas.
De acuerdo con estadísticas oficiales, en la capital mexicana el 75.4 por ciento de las mujeres y el 69.8 por ciento de los hombres mayores de 20 años tienen sobrepeso u obesidad, así como el 35 por ciento de los niños en edad escolar, un poco por encima del promedio nacional.
"Antes muchos creían que hacer ejercicio era por vanidad", dice el activador físico Eduardo Román mientras supervisa una de las estaciones, "pero ahora se busca culturizar que es un asunto de salud".