No solo los preparativos del Mundial tienen retraso, la indefinición predomina hacia a Río 2016.
El Comité Olímpico Internacional (COI) y la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) comparten una preocupación: Brasil.
El país sudamericano tiene algunos retrasos en los preparativos del Mundial de futbol 2014 que comenzará dentro de menos de tres meses: sólo han sido entregados ocho de los 12 estadios, y la FIFA admite que dos de ellos -incluso la Arena Corinthians, escenario del partido inaugural- estarán listos en mayo, un mes antes de la cita.
La angustia de la FIFA ante la carrera contrarreloj de Brasil para finiquitar los preparativos parece haber contaminado al COI, que pidió más compromiso y velocidad a Brasil en la organización de los Juegos Olímpicos de 2016, que se celebrarán dentro de 28 meses en Río de Janeiro.
«No hay que perder ni un minuto más», advirtió el COI tras constatar que no todo discurre a la perfección en la ciudad del Pan de Azúcar.
Además del escaso tiempo para terminar ambiciosas obras de movilidad urbana, del temor a problemas de seguridad y de la insuficiencia de alojamiento en hoteles, el COI está preocupado por la indefinición en torno al financiamiento de varios proyectos, siendo el olímpico el más importante de ellos.
Hasta ahora, sólo se dieron a conocer partes del presupuesto para el gran acontecimiento deportivo de 2016. Para numerosos proyectos no se publicaron ni siquiera las licitaciones. A finales de marzo se celebra en Brasilia una reunión en la que se debatirá, entre otros puntos, quién asume la responsabilidad de la financiación.
«Una reunión decisiva» dijo la exatleta marroquí Nawal El Moutawakel, jefa de la Comisión de Coordinación del COI, después de una visita a la ciudad que albergará los primeros Juegos de la historia en Sudamérica.
«Con sólo dos años hasta la inauguración de los Juegos, el 5 de agosto de 2016, la Comisión subraya que es indispensable un esfuerzo constante, conjunto e integrado para brindar unos Juegos exitosos», señaló la Comisión en un comunicado.
En la obscuridad
En lo que respecta a las planificaciones de presupuesto, la Autoridad Pública Olímpica (APO) presentó en enero un partida valorada en 5,600 millones de reales (unos 2,300 millones de dólares). Pero en esa lista sólo están contabilizados 24 de los 52 proyectos necesarios.
El Comité organizador local calcula su propio presupuesto, financiado por patrocinadores, en 7,000 millones de reales (2,830 millones de dólares). Sin embargo, faltan datos que arrojen luz sobre el presupuesto de 28 proyectos de los Juegos Olímpicos, que se llevarán a cabo en cuatro regiones de la metrópoli.
El corazón de la cita estará en la villa olímpica, situada en Barra da Tijuca, en el oeste de Río. Otros escenarios de competencias son el estadio Maracaná y las regiones de Copacabana y Deodoro. De estas últimas no se publicaron aún las licitaciones. Pero la preocupación no se frena en el presupuesto: los deportistas y organizadores también está intranquilos ante la masiva suciedad en la bahía Guanabara, donde en 2016 se disputarán las competencias a vela. Parte del agua es residual y está sin filtrar, lo que impide que los atletas puedan nadar por la pésima calidad del líquido.
Muchas playas están cubiertas de basura. «Hemos recibido la garantía de que (en la bahía) desaparecerá la basura y de que el agua estará limpia», dijo Moutawakel. A pesar de las promesas, existen dudas de que en el tiempo que queda hasta Río 2016 pueda solucionarse el problema medioambiental.
«La bahía sigue estando sucia, no creo que hasta el comienzo de los Juegos Olímpicos haya posibilidad de mejorar esa situación», dijo la brasileña Martine Grael, número uno del ranking mundial en la categoría a vela 49er FX. Otro problema es la cuestión de la seguridad en Río, que acaparó recientemente de nuevo los titulares de prensa. El gobernador de Río, Sergio Cabral, tuvo que solicitar ayuda al gobierno central de Brasilia después de varios ataques a comisarías de policía en las favelas.