El escocés Danny MacAskill está reinventando el ciclismo y de paso, poniendo de cabeza el internet.
Aunque no reconozcas el nombre, es muy posible que hayas visto a Danny MacAskill montando su bici. Desde que su primer video, Inspired Bicycles, se volvió viral en 2009, este escocés de 30 años, originario de la isla de Skye, ha redefinido lo que puede hacerse en una bicicleta. Sus filmes cortos ?que, en conjunto, han sido vistos más de 100 millones de veces- documentan su habilidad en street trials, una variedad de ciclismo poco conocida en la que debes maniobrar la bicicleta por una pista de obstáculos sin pisar el suelo. Imagina que es como parkour, pero en bicicleta.
Sin embargo, MacAskill ha alcanzado la fama con una buena cantidad de dolor; poco después de lanzar Inspired Bicycles, se fracturó la clavícula tres veces en seis meses. Luego, pasó tres de los cuatro años siguientes sin poder montar mientras se reponía de dedos dislocados, lesiones en una rodilla y un tobillo, una muñeca fracturada, y un fisura discal. Un salto salió tan mal que aterrizó de espaldas en el concreto, desde una altura de 1.80 metros. ?Tardé algún tiempo en recuperarme de eso?, dijo.
Más recientemente, MacAskill demostró que ya está en forma una vez más. Su nueva película, Cascadia, donde vuela sobre los tejados de Gran Canaria, en las Islas Canarias, podría ser su exhibición más impresionante hasta la fecha.
Hace poco lo contactamos por teléfono en la isla de Madeira, frente a la costa de Portugal, donde acababa de realizar un descenso en bicicleta de 1,200 metros con algunos amigos. Con su notorio acento escocés, nos dijo cómo pretende reinventarse como ciclista y cuentacuentos.
En la escena inicial de Inspired Bicycles apareces tratando de montar sobre los postes de una verja de hierro. Fue horripilante observar aquello.
Sí. Creo que esa verja fue el momento más transformador de mi vida, porque me enseñó muchas cosas. Me imaginé rompiéndome los dientes o cayendo sobre uno de los postes. La rueda trasera siempre resbalaba y acababa aterrizando en una rodilla. Luego de varios errores, al fin quité el peso de la rueda trasera y pensé, ?Bueno, esto podría funcionar?.
No lo logré el primer día, y luego tuve que esperar un par de semanas para que las condiciones fueran lo bastante áridas para intentarlo de nuevo. La segunda vez hacía mucho frío. El tercer día aún no pude lograrlo. Estuve a punto de rendirme. Aquello se convirtió en una batalla mental, porque cada vez aumentaba la posibilidad de sufrir un accidente grave. Hubo que esperar varias semanas para que todo estuviera suficientemente seco, y luego de otra batalla, por fin pude llegar al final de la (verja). No me sentí emocionado, sino aliviado.
Y resulta que esa película lanzó tu carrera.
Sí, fue bien extraño. Dave editó todo lo que habíamos grabado en Edimburgo e hicimos un pequeño estreno en el apartamento donde vivía con siete de mis mejores amigos. La vimos un par de veces, pero no nos pareció gran cosa. Solo pasamos un buen rato y luego vimos Family Guy. Mi patrocinador de bicicletas, Inspired Bicycles, la subió a su canal YouTube, el cual no tenía muchos suscriptores, pero esa noche recibió como 400,000 visitas. La mañana siguiente, nos despertaron los periódicos y BBC News para hablar conmigo.
Uno de tus videos se desarrolla en una población abandonada de Argentina, llamada Villa Epecuén. ¿Cómo llegaste allá?
Encontré un blog sobre lugares abandonados del mundo. Epecuén era un resort junto a un lago, como a 700 kilómetros de Buenos Aires. El lago comenzó a subir lentamente e inundó el pueblo, en la década de 1980. Todos pudieron salir, pero fue muy triste, porque perdieron sus casas. Años más tarde, el lago retrocedió, y dejó un paisaje increíble. Pensé en ir a montar allá, para mostrar al mundo lo que ocurrió en Epecuén.
Terminó siendo uno de los proyectos más peligrosos que he emprendido. Las estructuras estaban a punto de colapsar. Fue como montar en cascarones de huevos. La parte más increíble de toda la experiencia fue conocer a Pablo Novak, el anciano que aparece al principio de la película, montando en bicicleta entre las ruinas, con su perro. Es el único residente que aún vive en Epecuén.
En Cascadia saltas los espacios entre los edificios de Gran Canaria, haciendo volteretas a varios pisos de altura sobre la calle. Parece súper peligroso. ¿Alguna vez has tenido un roce con la muerte?
No, aún no. Mucho de lo que hago está dentro de mi zona de comodidad. Estoy seguro de que Alex Honnold dice lo mismo de su [escalada libre en solitario]. Si tuviera el mismo nivel de concentración, podría montar por esas paredes todo el día, todos los días. No caería a menos que tuviera un problema mecánico. Pero confío en mi equipo, porque he pasado miles de horas trabajando en mis bicicletas. Solo tienes que asegurarte de amarrar bien las agujetas. Me siento cómodo con todo lo que sucede, con el agarre de las paredes, y sé dónde están ?o no- mis zonas de caída, así que inclinaría mi peso hacia el lado donde puedo caer, a fin de que ese tipo de conducción funcione. A veces, también es cosa de suerte.
Tu película Imaginate inicia con un niño en su dormitorio, jugando con una bicicleta de juguete y soñando con todos los trucos descabellados que quisiera hacer. ¿Te preocupa que los niños se lastimen tratando de imitar lo que haces?
Es obvio que no pretendo que los niños salgan a intentar estas cosas, pero al mismo tiempo, me gusta la idea de despertar la imaginación de los niños. Esta película ha sido muy popular en las escuelas y recibo montones de cartas. Quizás inspirará a los chicos a montar bicicleta; cualquier cosa que los haga salir al mundo real. Y sabes, nada de malo tiene sufrir una pequeña caída de vez en cuando.
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¿Cuánto tiempo pasas en la bicicleta?
Cuando era más joven, solía montar muchas horas al día, los siete días de la semana. Todos los días, lloviera, tronara o relampagueara. Desde que me hice profesional, monto quizás cuatro días a la semana, porque viajo mucho. Pero sigo intentando montar cada día que puedo.
¿Qué tipo de bicicleta montas?
En Imaginate y Epecuén monto una bicicleta para street trials. Es muy corta y maniobrable. Tiene asiento, pero realmente no lo uso. Es solo para comodidad. Pero si fallas un truco, es mejor aterrizar en el asiento que de? ya sabes.
¿Qué sigue?
Sigo empujando los límites de mi habilidad. Estoy pensando en el futuro y en cómo puedo prolongar las cosas todo lo posible. Cumplí 30 este año. Algunos de mis héroes, como Hans Rey y Jeff Lenosky, siguen montando con 40 y 50 años porque están adaptando lo que hacen. Tal vez no siempre lleguen al límite como solían hacer, pero todavía son capaces de ganarse la vida montando bicicletas, y nada es mejor que eso.
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