Los esfuerzos de recuperación de ecosistemas marinos en México se ralentizan significativamente por el impacto de la pesca ilegal en el país. En un informe publicado a finales de mayo, Oceana —organización internacional a favor de los mares del mundo— denunció al menos 236 embarcaciones realizando posibles actividades pesqueras en 7 áreas naturales protegidas que, además de estar fuera de la ley, amenazan gravemente la vida marina de la región.
En un periodo de apenas una década, más del 10 % de las embarcaciones registradas en el Sistema de Localización y Monitoreo Satelital de Embarcaciones Pesqueras (SISMEP) violan la ley que protege la diversidad de los mares mexicanos. Con base en datos obtenidos por la plataforma de Monitoreo de la Pesca en el Mundo (GFW, por sus siglas en inglés), se logró ubicar a más de 200 embarcaciones ilícitas.
Las áreas protegidas más afectadas hasta el momento son las siguientes, según el reporte de la institución:
De acuerdo con Oceana, estar al tanto de lo que sucede en los mares de México —así como en sus otras áreas naturales protegidas— es el primer paso para proteger su biodiversidad. Entre las reservas naturales, el Parque Nacional Arrecife Alacranes, al norte de Yucatán, es el más afectado hasta el momento.
Mariana Aziz, directora de campañas de Transparencia en Oceana, expresó que “una de las mayores amenazas es la pesca ilegal. Para combatirla necesitamos transparentar la actividad pesquera, y poner esta información al servicio de las instituciones que deben hacer labores de vigilancia, como la Comisión Nacional de Áreas Nacionales Protegidas (Conanp)”.
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En total, se tiene registro de 106 embarcaciones ilegales en el Parque Nacional Arrecife Alacranes. Tanto en el núcleo como en las periferias, la pesca está prohibida para la industria, ya que contiene la estructura coralina más grande del sur del Golfo de México. Sólo ahí, habitan cuatro especies de tortugas en peligro de extinción: carey, laúd, caguama y blanca.
No sólo eso. En este espacio cohabitan más de 130 especies de peces y 24 de tiburón. Entre ellos, figuran varios de importancia comercial. La prohibición, por tanto, tiene un sustento científico y conservacionista: sin la pesca industrial, estas especies pueden desarrollarse y reproducirse en libertad. Con la introducción de este tipo de actividades, el objetivo pierde cualquier sentido práctico.
Por esta razón, Oceana destaca la importancia de una vigilancia seria y cercana de las áreas naturales protegidas en México. Además del acceso libre, transparente y horizontal a los datos recabados, es fundamental corroborar que estas reservas puedan florecer y habitar el espacio que les fue asignado por ley, con el fin de salvaguardar la diversidad marina de México.
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