La contaminación tiene varias formas, una de ellas es la lumínica, un problema creciente para la salud mental del ser humano.
Es muy probable que asocies a la contaminación con la imagen de un mar plagado de plásticos o con la de una ciudad sumida en smog. Es cierto que ambos ejemplos son de los más ruidosos para ilustrar este tipo de problemática, no obstante, cuando hablamos de contaminación, en estos tiempos, no es justo dejar por fuera a la lumínica, ya que su impacto está lejos de ser “poca cosa”.
¿Qué es la contaminación?
De acuerdo con la definición que nos brinda el Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental (FCEA), debemos entender a la contaminación como el efecto de introducir algún agente biológico, físico o químico, cuya acumulación o presencia en el entorno natural, la salud y el bienestar, resulte nociva.
¿Qué es la contaminación lumínica?
La contaminación lumínica es aquella relacionada a las múltiples fuentes de luz artificial que alteran la oscuridad natural. En efecto, esta situación tiene por mayor evidencia parte de la actividad nocturna de las grandes ciudades.
¿Cómo nos afecta?
La Biól. Diana L. Vázquez, en entrevista para National Geographic en Español, habló sobre cómo nos afecta la contaminación lumínica. Conforme a lo expuesto por la especialista, las afectaciones se dividen entre las que dañan a los seres humanos y las que dañan al resto de la biodiversidad.
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Diana L. Vázquez hace mención de los estudios que dan cuenta de cómo esta contaminación influye negativamente en el estado anímico de hombres y mujeres, causando problemas como depresión, ansiedad e insomnio.
En cuanto a otras forma de vida, el efecto de esta contaminación causa alteraciones en la fauna, pues las luces artificiales no están diseñadas para ser amigables con otras especies. Muchos animales deben dejar sus lugares por efecto de esta situación.
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Por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señala que, como dice la especialista, las luces ocasionan que se inhiba la melatonina, la hormona encargada de regular el sueño. De ahí que el insomnio sea una de las consecuencias.
En suma, la exposición a fuentes de luz artificial modifica varias funciones cerebrales. Como resultado, además del insomnio, varios trastornos del estado de ánimo se pueden abrir paso durante la vigilia.
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Por estas razones andar en bicicleta es la mejor opción para moverte por la ciudad.